Los suplantadores de identidad que esta semana intervinieron los correos electrónicos de algunas personas accediendo a los datos de sus amistades para timarlos y contarles “el cuento del tío”, se podrían tipificar como delincuentes 2.0, ya que “han ido más allá en el afán por conseguir un objetivo personal a costa de un engaño”, sostiene Juan Silva Quiroz, director del Centro de Investigación e Innovación en Educación y TIC (Ciiet) de la Universidad de Santiago de Chile.
El especialista opina que la novedad de esta modalidad de estafa es “el medio por el cual están accediendo a la información, y que en esta oportunidad ya no intervienen a nombre de otra persona para engañar, sino que directamente toman la identidad de una persona y apelan a la emotividad para solicitar la ayuda de sus amigos. Por eso los afectados no desconfían” y caen en la trampa.
Para el director del Ciiet, parte importante del problema tiene relación con la educación de las personas ante las tecnologías y el uso de datos. “Son las personas la que entregan sus datos”, sostiene, remarcando que a su vez, los administradores de las redes sociales y de servicios informáticos deberían garantizar la protección de la información que los usuarios les confían. Silva reconoce que en este sentido, varios servicios público (como el SII) y también privados, como los bancos, tienen sistemas de actualización permanente que si detecta inactividad luego de un tiempo, automáticamente cierra la sesión. Sin embargo, no es el caso de las redes sociales.
El problema de los teléfonos
Otro aspecto que reviste riesgos y que muchas personas no consideran, son los smartphones que integran múltiples plataformas y que hasta pueden estar sincronizados con otros dispositivos. “El problema es cuando les roban una clave o un aparato con acceso” que puede ser universal para las redes sociales, destaca el profesor Silva, poniendo una alerta en la cantidad de acciones que puede hacer una persona malintencionada antes de que un teléfono o un computador personal robado descarguen su batería o queden bloqueados.
“Los datos son importantes para los proveedores de servicios de correo electrónico y redes sociales, porque con eso comercializan su público. Creo que lo hacen básicamente para poder tener más datos y enviar publicidad”, sostiene y, recomienda evitar asociar el número de telefonía móvil a una cuenta de correo electrónico.
El profesor Juan Silva destaca que las personas que usen equipos compartidos, deben “tomarse el tiempo para cerrar su sesión, ya que muchas veces cierran las ventanas solamente”. Asimismo, recomienda no dar curso a la función “recordar clave” de los navegadores de la web.
Finalmente, recomienda evitar asociar dispositivos móviles como los teléfonos, con los correos electrónicos u otras plataformas de datos personales, para proteger éstos y dificultar el acceso de personas ajenas; y evitar que la clave sea la misma para distintos servicios.
Por Sandra Gómez
Santiago de Chile, 22 de noviembre 2013
Crónica Digital