Dos colegios de distintas comunas de la Región Metropolitana, se encuentran en conflicto con sus sostenedores por ejercer malas prácticas laborales y no permitir el derecho de la movilización por parte de sus trabajadores.
Desde el día jueves 3 de septiembre 60 trabajadores sindicalizados del Colegio San Felipe Diácono se encuentran en huelga, por no llegar a un acuerdo con su empleador por un reajuste salarial del 2 por ciento que estaban negociando.
Desde que se inició este conflicto por un reajuste salarial, el empleador cerró el colegio y utilizó la figura legal lock out (paro patronal), con lo que no da muestras de acercamiento ni diálogo para solucionar este problema que se ha prolongado por 13 días.
Los 60 trabajadores sindicalizados se encuentran a la espera que el Colegio San Felipe diácono, cuyo gerente es Hugo Montes Ibáñez, reactive la negociación con sus trabajadores para solucionar esta desavenencia que afecta a su comunidad educativa.
Los trabajadores del establecimiento católico, confían en la disposición al diálogo que el empleador pueda tener en el corto plazo.
Este problema afectó el ambiente laboral y los trabajadores esperan que esta situación se solucione a la brevedad posible.
El recinto católico pertenece a la Red de colegios diaconales que fueron fundados por Hugo Montes Brunet.
Colegio Alma Mater de La Granja en conflicto
La desvinculación del profesor de matemática Ricardo Galaz, presidente del sindicato del establecimiento, generó un problema entre los estudiantes y los administradores del colegio que según el profesor Arturo Barros “utilizaron maniobras tendenciosas y malas prácticas sindicales, por lo que frente a esta situación el profesor presentó su auto despido”.
Luego de esta situación, el despido del profesor Sebastián Valdebenito, profundizó el conflicto porque rechazó un contrato “ilegal de asistente de marketing”, según señala el profesor Arturo Barros.
Estos despidos y conductas reprochables generaron tensión entre los estudiantes y los administradores del colegio que se encuentran enfrentando el descontento de sus educandos.
“Esta situación de injusticia me llevó a apoyar a los estudiantes del Alma Mater. Sin embargo, por esta decisión sufrí el hostigamiento de la directora Alicia Hernández y alguno de sus monitores. En primer lugar entregándome amonestaciones fuera del ámbito legal, una de las cuales indicaba que me refería de mala forma hacia mis colegas. Luego recibí otra sanción en la cual se indicaba que como profesor trataba de forma y manera vejatoria a mis alumnos, las cuales lógicamente no firmé, ni recibí”, señaló el profesor Barros.
Una serie de irregularidades denunciadas por los estudiantes los llevó a iniciar este movimiento que esperan que mejoren diversas situaciones que son irregulares para los profesionales de la educación.
Santiago de Chile, 17 de septiembre 2015
Crónica Digital / PL
