Cada domingo y tal vez en otros días de la semana, decenas de familiares de detenidos desaparecidos en Chile se encuentran en el Cementerio General para renovar sus demandas de justicia.
Lo hacen en ocasiones de forma silenciosa, con fotos desvencijadas por el paso del tiempo en sus pechos. No esconden la tristeza en sus rostros, pero a ratos también sonríen convencidos de que jamás se van a rendir.
Con esas impresiones, la entrevista exclusiva de Prensa Latina con Lorena Pizarro, presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Chile, se hace más expedita.
«Hay de forma soterrada un interés de algunos sectores de relativizar el terrorismo de estado que se aplicó contra la gente durante la dictadura (1973-1990), pero nos sobran razones para seguir en la batalla por la verdad», expresó.
Tenía 10 años de edad cuando desapareció su padre el 15 de diciembre de 1976 y luego, se casó con un hombre en su misma situación.
Como telón de fondo del diálogo con Prensa Latina el Memorial de los Ejecutados políticos y Detenidos Desaparecidos, con lápidas que en su mayoría son simbólicas de más de tres mil 500 víctimas de las atrocidades de Augusto Pinochet.
«Hoy tengo 49 y he hecho una vida que significó tener hijas, seguir viviendo, pero también con una parte fundamental suspendida en el tiempo», relató.
Esas mismas preguntas que yo le hacía a mi mamá, se las tuve que escuchar a mis hijas y seguramente a mis nietos y nietas, acotó.
Pizarro se quejó de la falta de voluntad política para enfrentar el asunto enChile. La impunidad facilita que los pueblos puedan seguir siendo perseguidos cuando piden mejores condiciones de vida, anotó.
Con un verbo franco y directo, la dirigente de la agrupación de familiares subrayó que corresponde asumir en Chile, como en los países del continente, que la exigencia por verdad y justicia es democrática y es parte del futuro de nuestros pueblos.
En nuestro país la democracia siempre va a estar coja si no se enfrenta la lucha por la injusticia a fondo, son daños irreparables sin respuesta, recalcó.
Sin embargo, Pizarro aclaró que conocer del destino final de los desaparecidos no es el cierre de la historia. «Queremos saber toda la verdad, los nombres de los responsables y que sean condenados con el mayor rigor», precisó.
Confesó que a pesar de los 42 años transcurridos desde el golpe de estado de Pinochet, se siente llena de esperanzas.
«Una causa justa llena de esperanzas, pelear por la justicia nos permite soñar con una vida digna para todos los chilenos. Es doloroso, emotivo, pero creemos en un mundo distinto para la humanidad», concluyó.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 19 de octubre 2015
Crónica Digital / PL