“Mujeres, cine y memoria” es el tema principal que el Cine de Colección donde se reúnen piezas audiovisuales realizadas solo por directoras chilenas.
Cada martes de mayo en el auditorio del museo a las 19:00 horas se mostrarán documentales, que además de ser desarrollados por creadoras, muestran historias de mujeres en su rol silencioso y a la vez emblemático, frente a la dictadura.
Cartelera:
3 de mayo
Versos para mi abuela (2015, 30′) Directora: Chloé Bonella, Chile
10 de mayo
Un siglo por chile (2013, 80′) Directora: Coti Donoso, Chile
17 de mayo
Viejos amores (2016, 95′) Directora: Gloria Laso, Chile
24 de mayo
La promesa de mi madre (2010, 29′) Directora: Marianne Hougen-Moraga, Dinamarca-Chile-Reino Unido
31 de mayo
Allende mi abuelo allende (2015, 90′) Directora: Marcia Tambutti Allende, Chile
MUSEO DE LA MEMORIA Y LOS DERECHOS HUMANOS
MATUCANA 501, METRO QUINTA NORMAL – SANTIAGO – CHILE
Santiago de Chile, 2 de mayo 2016
Crónica Digital
Lun May 2 , 2016
El primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, resulta ser una sana ocasión para rememorar el sentido ético que tiene para el socialismo, como fuerza política, de ideas y vertiente cultural, su unidad fundacional con la lucha por los derechos fundamentales de los trabajadores. Las ideas socialistas se unen en sus raíces con el llamado de «Proletarios de todos los países uníos», que formularon Marx y Engels, y otros grandes pensadores, hacia la mitad del siglo XIX, cuando caía en las espaldas de los trabajadores, con total brutalidad, el costo social de la revolución industrial, desde la que emergió el capitalismo como la fuerza rectora y el motor principal de la formación económica y social que marco con su impronta el desarrollo de la humanidad a escala mundial. Desde las páginas del Manifiesto Comunista en 1948, describe este proceso histórico, y luego en su obra monumental El Capital, apoyándose además en sus antecesores los socialistas utópicos, fue cobrando vida el movimiento que llamo a la creación de una nueva sociedad, en que fuera posible poner término a la despiadada explotación de la época. El objetivo que, desde las luchas del movimiento obrero, se fueran echando las bases de ese ideal, que «la tierra sea el paraíso de toda la humanidad», estableció diferencias de principios con otras vertientes revolucionarias, como el anarquismo, los bakuninistas de la época, para quiénes el uso de la bomba y el atentado eran el instrumento esencial de su estrategia de lucha, contra el Estado, el Capital y la población, los factores cuya destrucción haría posible el nuevo orden social, sin Estado ni patrones, sin Capital ni policía ni burocracia: la anarquía. La teoría del humanismo socialista formulo otro camino, al querer la emancipación del movimiento obrero se proponía la liberación de la humanidad toda. Liberar al trabajador de sus cadenas constituiría un acto universal de liberación humana. Con ello, esa vertiente de pensamiento, se propuso una utopía de alcance civilizacional, inspirándose en los grandes valores de Libertad, Igualdad y Fraternidad de la revolución francesa, concluyo que para realizar la justicia social: «no hay que interpretar, de lo que se trata es de transformar el mundo»(Marx, Tesis sobre Feuerbach). Al plantearse ese propósito no tenía otra alternativa que no fuera la formación de un Partido político que inspirado en ese objetivo de validez internacional, fuera capaz de aunar y darle sentido a esas luchas obreras, espontáneas, dispersas y aisladas, muchas de ellas anarquizadas o irracionales por la ignorancia y la dureza de la explotación; al invocar la razón y la justicia, el socialismo debía unirlas y canalizarlas en un proyecto político que permitiera la conducción del Estado y encauzar el régimen político hacia la justicia social. Con esas ideas, un primer intento fallido de tomar el poder, se vivió en la Comuna de París de 1870. Ahora bien, el mundo cambio mucho más de lo que aquellos gigantes del pensamiento estaban en condiciones de prever. Desde entonces paso mucha agua bajo los puentes, como la revolución […]