“El pasado fin de semana, la comunidad Regional de Coyhaique y, en general, del país, fue conmovida por el horrendo acto de violencia perpetrado en contra de una joven de 28 años de la zona que fue agredida de manera agresiva y se encuentra en riesgo vital, luego de que el o los victimarios le arrancaran los glóbulos oculares y la dejaran con múltiples fracturas.
Este hecho, nos lleva nuevamente a observar con impotencia la violencia extrema con la que algunos desalmados tratan a las mujeres, sólo por el hecho de considerarlas un objeto, una suerte de posesión y que es el resultado de una sociedad patriarcal, donde cada vez se intenta que las mujeres vayan recuperando sus derechos y estos sean respetados. Lamentablemente, hay quienes no están dispuestos a asumir que los hombres y las mujeres tienen las mismas garantías y que nadie está por encima del resto, independientemente, del sexo que se tenga.
Frente a este tipo de situaciones, el rigor de la ley parece hacerse muy superfluo, ya que queda la sensación de que la justicia en nuestro país, trabaja de formas muy reservadas y casi siempre extienden los plazos de investigación y resolución más allá de lo que los chilenos y chilenas esperamos. Sin embargo, este nuevo episodio obliga a que se hagan excepciones a esa regla y que todo el peso de la ley caiga sobre él o los autores de este macabro delito que no tiene la más mínima justificación y que no debe ocurrir nunca más.
Hace unos días, la sociedad chilena se enteró cómo un tribunal dejó en libertad a un femicida, ya que logró comprobar una infidelidad por parte de la mujer, entonces, nos preguntamos: hasta dónde llega la justicia que ampara estos hechos?, ¿frente a la violencia contra la mujer se permiten excepciones?, ¿eso es lo que queremos en el Chile de hoy?, ¿por qué algunos órganos del Estado entregan señales contradictorias y que dan a entender que, de alguna manera, validan la violencia contra las mujeres?
La Región de Aysén exige justicia, tolerancia, esclarecimiento y penas efectivas para las personas que cometen este tipo de actos repudiables, donde el odio y la rabia se imponen por sobre el legítimo derecho a la integridad física, a tener una vida digna y que ésta no se vea afectada ni vulnerada por nadie.
La Izquierda Ciudadana de la Región de Aysén repudia en forma categórica el actuar de los hombres maltratadores y rechazamos la violencia de género en todas sus formas. Creemos, firmemente, que el Estado debe intervenir con mayor rigurosidad frente a los casos de violencia ejercida contra las mujeres, ya que las declaraciones no sirven, cuando no están acompañadas de un Estado activo, de un Estado que se involucra.
Apelamos a la comprensión, fraternidad y tolerancia entre todos los actores de nuestra sociedad. Queremos un país en que prime el respeto, la igualdad, para que no sigamos sumergidos en la violencia, la discriminación y el abuso de poder.
Como Izquierda Ciudadana de la Región de Aysén y como partido político, acompañamos los procesos ciudadanos de denuncia de cualquier forma de opresión, en las que incluimos a las mujeres, un género que, frente a una sociedad patriarcal, sigue estando en desmedro y desventaja. ¡Llamamos a hacer las denuncias que correspondan, a no mantener el secreto, a no permitir que la espiral de violencia que afecta a las mujeres se mantenga y que, muchos, observan de reojo, cuando no involucra a un cercano!
El Chile en el que vivimos es de todos, sin excepciones, donde cada uno tiene espacio y sus derechos deben ser respetados. Hay que alzar la voz para brindar apoyo a quienes son víctimas de violencia”.
Rodrigo Triviño Fernández, presidente regional de la Izquierda Ciudadana en Aysén.
Santiago de Chile, 17 de mayo 2016
Crónica Digital
