Una película del director Florian Gallenberger fue la primera explosión, pero ahora con la visita a Chile del presidente de Alemania, Joachim Gauck, el asunto llegó a mayores con fuertes denuncias y acusaciones.
Ni siquiera el gancho de los conocidos rostros de Emma Watson (saga de Harry Potter) y Daniel Bruhl (Good bye Lenin), junto con el sueco Mikael Nyqvist (Milenio), hicieron el milagro de una buena acogida de crítica y público.
Sin embargo, Gallenberger consiguió mucho más. Llamar la atención del gobierno de Alemania y arrancar la promesa a su ministro de Exteriores, Fran-Walter Steinmeier, de adelantar la desclasificación de documentos.
El largometraje se ha convertido en un documento de referencia indispensable para comprender hasta que punto fueron los horrores del enclave fundado por colonos germanos en Chile, en 1961.
Gauck, que visitó el Museo de la Memoria en esta capital y envió a su esposa a una velada con la cinta Colonia también aquí, reconoció errores de Alemania al ignorar la situación que se vivía en la ahora llamada Villa Baviera.
«Lo que Alemania lamenta es que diplomáticos alemanes en primer lugar apartaron la vista o se aliaron con victimarios. A mí por lo menos me hubiera encantado que un ministro de Exterior hubiera formulado palabras muy claras en esos tiempos», recalcó.
Familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados en la Colonia Dignidad, estaban apostados ayer para realizar una manifestación en el frontis del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
Cancelaron la acción al ser recibidos por el jefe de gabinete de la Presidencia de Alemania, David Gill. En el grupo estaba Myrna Troncoso por la región del Maule, donde se ubica Colonia Dignidad.
Asimismo, estuvo acompañada por Rosa Merino hermana de Juan Pedro Merino Molina, cuyo interrogatorio bajo tortura, antes de ser asesinado y desaparecido, figura en las fichas de la Colonia Dignidad.
Además con Víctor Sarmiento, hermano de Hernán, también desaparecido desde el enclave alemán.
«Le hablamos con el corazón sobre lo que la Colonia hace minuto a minuto, con el turismo, y el dolor que nos provoca eso», expresó Troncoso.
De forma incisiva, la dirigente remarcó que «desde el momento en que se torturó y asesinó a nuestros familiares; desde el momento en que fueron inhumados y exhumados ilegalmente, todos delitos de lesa humanidad, la Colonia ya no les pertenecía a los alemanes».
El abogado de un centenar de excolonos, Winfried Hempel, quien nació en Colonia Dignidad, indicó que la actitud del jefe de Estado alemán fue contradictoria.
Gauck comete un gran error al desconocer la responsabilidad del Estado alemán en los hechos que permitieron a la Colonia Dignidad cometer toda clase de crímenes.
Hempel, de otro lado, denunció que desde niño vio pasearse por los terrenos del amplio predio al millonario dueño del holding Cencosud, el germano nacionalizado chileno Horst Paulman.
«Horst Paulmann era asiduo visitante a la Colonia, yo desde que tengo memoria vi a ese señor paseándose con Paul Schaefer (el sanguinario exnazi y pedófilo líder de Colonia Dignidad) y eso hay que decirlo de una vez por todas», afirmó.
El letrado aseguró que el ahora prominente hombre de negocios de Chile no solamente vendía la mercadería de la Colonia en su supermercado (Jumbo), sino que en cada mercadería iba de regalo un video promocional mostrando «la cara bonita de la Colonia».
Si eso no es encubrimiento, si eso no es complicidad, no sé qué es lo que es, sentenció Hempel.
El asentamiento de inmigrantes alemanes devino centro de detención y tortura durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), además de las actividades pedófilas Schaefer, quien murió en abril de 2010 en un hospital en Santiago.
Cumplía penas de 20 años de cárcel por abusos deshonestos y violación de niños, además de tener que pagar indemnizaciones a 11 menores. Además fue condenado a otros siete años de prisión por tener un arsenal de armas en Colonia Dignidad.
Tenía además el dedo acusador sobre sus espaldas por asesinatos con gas Sarín; masacre de Cerro Gallo cercano a Colonia donde fueron ejecutados 100 presos políticos; y por poseer un campo de trabajo forzado en Monte Maravilla.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 14 de julio 2016
Crónica Digital / PL
