El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró en un discurso ante una multitudinaria acto que el país ya cambió y cuenta con un pueblo más unido que nunca.
Ante miles de personas que celebraron en la ciudad de Guayaquil los 10 años de la Revolución ciudadana, el mandatario hizo un balance de los avances en la denominada Década Ganada, la cual ha posicionado a esta nación como referente latinoamericano y mundial en varios aspectos.
«Sin dudas el mayor logro de esta Revolución es haber recuperado el orgullo y la esperanza. Ecuador ya cambió. Hemos vuelto a tener patria y tendremos patria para siempre», aseguró el gobernante en su intervención.
A su juicio, aunque muchos lo describen como artífice de la Revolución, nada hubiera sido posible sin la conciencia y acción colectiva de todos los ecuatorianos, dispuestos a empujar el cambio hasta el sacrificio necesario.
En el plano internacional, mencionó como hitos las visitas del papa Francisco, quien inició su primera gira oficial por América Latina en este pequeño país sudamericano y la del presidente de China, Xi Jinping, la cual calificó de la más importante de un dignatario en la historia de la nación.
Casa adentro, se refirió a grandes hechos de carácter internacional como la III Conferencia de las Naciones Unidas, Hábitat III, que ocurre cada 20 años y fue el segundo evento de ese tipo más concurrido, la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y el festival de Artes Vivas de Loja, por solo citar algunos encuentros.
En su criterio, la elección de Ecuador para dirigir el grupo G77+ China, el más grande dentro de las Naciones Unidas, es otro reconocimiento al país y a su dirigencia.
En temas nacionales señaló que Ecuador es hoy el país que mejor ha utilizado su riqueza petrolera en la redistribución y el territorio donde más de un millón de personas lograron salir de la pobreza.
En ese sentido, especificó que se atacaron las causas estructurales como el poco acceso a la educación, la salud, la falta de servicios básicos, el déficit habitacional y la no continuación de pensiones.
Correa insistió en que el país pasó la tormenta perfecta entre problemas económicos, la falta de moneda nacional, la apreciación del dólar y los desastres naturales, sobre todo el terremoto del 16 de abril, que causó cientos de muertes y pérdidas por más de tres mil 300 millones de dólares.
Al respecto señaló que la capacidad de recuperación nacional ha sido impresionante y la gente ha podido crecer en libertad y dignidad como nunca antes en la historia.
«Somos como la humilde arcilla que frente al calor se vuelve más fuerte», enfatizó el mandatario, quien señaló que probablemente ese fue su último discurso multitudinario como líder de los destinos de esta nación, la cual dejará de dirigir cuando concluye su mandato el venidero 24 de mayo.
Quito, 16 de enero 2017
Crónica Digital / PL
