Con los acuerdos adoptados en Santa Cruz, Bolivia y Chile dieron un paso de avance hacia la solución de incidentes fronterizos y demostraron la importancia del diálogo para bajar las tensiones entre dos países sin vínculos diplomáticos.
Por primera vez después de seis años, delegaciones de La Paz y Santiago se encontraron el 25 de julio en esa ciudad oriental para tratar de resolver los problemas en la frontera común de más de 900 kilómetros.
La cita tuvo como telón de fondo dos hechos ocurridos en la línea de demarcación que elevaron la confrontación entre ambos vecinos.
El primero se registró el 19 de marzo cuando, en un confuso incidente, nueve bolivianos fueron arrestados, sometidos a proceso y expulsados de Chile tras pagar una multa de 48 mil dólares y pasar 101 días en prisión.
Más de tres meses después, dos carabineros penetraron siete kilómetros en territorio boliviano y, a pesar de intentar darse a la fuga, Bolivia decidió devolverlos a su país en apenas 48 horas.
En ambos casos el tratamiento fue diferente: mientras el gobierno de Santiago optó por judicializar el hecho, La Paz prefirió la solución diplomática.
Durante el intercambio en la urbe cruceña la representación chilena se comprometió a analizar la propuesta de protocolo presentada por Bolivia para la solución de este tipo de eventualidades.
Los más de 60 delegados acordaron reunirse en los próximos meses para tratar temas aduaneros y agilizar el paso en los puntos fronterizos.
En materia de asuntos migratorios se analizó la posibilidad de implementar la Tarjeta Vecinal Fronteriza (TVF), la cual podría ser de gran beneficio para las poblaciones que viven en zonas cercanas a la línea de demarcación.
La TVF permitirá a los ciudadanos pasar de un país a otro en un margen de 50 kilómetros y permanecer allí hasta 72 horas.
Ello beneficiará también a personas que cruzan la frontera varias veces al día por motivos de estudio o trabajo, como suele suceder en Estados colindantes.
Con respecto a la cooperación policial, Bolivia y Chile establecerán puntos de contacto para mejorar la comunicación entre las distintas instituciones y la eficiencia en la persecución del delito.
Ambas partes se darán cita en La Paz el 10 de agosto para abordar el problema de los vehículos robados y reactivarán las reuniones sobre drogas y delitos conexos.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, saludó el espíritu de cooperación que permitió llegar a acuerdos importantes y reiteró que el diálogo es el único camino posible entre dos países hermanos.
Por su parte el canciller de Chile, Heraldo Muñoz, evaluó de satisfactorios estos encuentros técnicos y abogó por su continuidad para abordar temas fronterizos.
Al término de la reunión del Comité de Fronteras, efectuada en un hotel de la ciudad oriental boliviana, los participantes coincidieron en señalar el ambiente cordial y el espíritu de cooperación en el cual se desarrollaron los debates.
Como resultado inmediato el ministro de Gobierno, Carlos Romero, ya anunció operaciones sincronizadas y coordinadas en zonas limítrofes para combatir el crimen transnacional.
Las policías de Bolivia y Chile enfrentarán delitos como el narcotráfico, el contrabando, la trata y tráfico de personas, y el robo de autos.
Bolivia también tiene un plan para cavar zanjas en algunos puntos a fin de evitar el trasiego de mercadería ilegal, teniendo en cuenta que 70 por ciento del contrabando que
ingresa aquí lo hace desde el territorio chileno.
A todo lo largo de la línea de demarcación existen 112 pasos ilegales, pero -según el Ministerio de Defensa- son unos 30 los que se pueden inutilizar mediante algún trabajo de
ingeniería.
El Comité de Fronteras es un mecanismo bilateral creado en 1998 donde interactúan las policías, las aduanas, migraciones, servicios fitosanitarios y otras dependencias.
Los trabajos en esa instancia de diálogo administrativo estaban suspendidos desde diciembre de 2011, cuando se efectuó la última cita en La Paz.
Aunque por la alternancia correspondía a Chile fijar la próxima reunión, nunca se hizo, hasta ahora que los nuevos incidentes motivaron la reactivación del comité.
Los dos países no tienen relaciones diplomáticas y están enfrentados desde que en
1879 Chile invadió Bolivia y le arrebató 400 kilómetros de litoral y 120 mil kilómetros cuadrados de territorios ricos en minerales.
Tanto la demanda marítima, como el conflicto por los manantiales del Silala, se dirimen en
La Haya y no son temas que competen al Comité de Fronteras.
Para Bolivia es claro que una normalización de los vínculos pasa inexorablemente por la solución al tema marítimo, porque esta nación andino-amazónica nació a la vida independiente con litoral.
No obstante, el canciller Fernando Huanacuni calificó como muy positiva la reunión porque abrió un nuevo espacio de diálogo, en principio técnico, entre dos naciones que sí mantienen relaciones consulares y administrativas.
Fue un reencuentro, definitivamente, dijo.
La próxima reunión se realizará el 25 y 26 de octubre en la ciudad chilena de Arica.
Por Carmen Esquivel *Corresponsal de Prensa Latina en Bolivia.
La Paz, 2 de agosto 2017
Crónica Digital /PL