Ese fue el partido de mi vida-, dice Rubens Nicola sin lograr evitar emocionarse.Con su diestra, el 9 rojinegro se toca la larga y canosa barba que no ha cortado en años, mientras en su cabeza botan como un balón los momentos de aquel memorable 29 de mayo de 1983. Esa tarde, Rangers derrotó 5-2 a Colo Colo, con un Estadio Fiscal de Talca repleto, como nunca o pocas veces se había visto.
Aquella tarde, el ariete brasileño le marcó dos goles a Colo Colo, estocadas letales que a la larga gatillarían el interés albo por contar con sus servicios para la siguiente temporada.
Ese partido contra Colo Colo está escrito a fuego en la historia de Rangers, siendo un recuerdo inquebrantable para los hinchas rojinegros, especialmente para los miles de talquinos y de localidades cercanas que ese domingo de mayo coparon las graderías, escalinatas y cuanto espacio existiese en el Estadio Fiscal, siendo testigos de una victoria inolvidable del denominado “equipo del pueblo”..
La conversación con Nicola fluye como si no hubiese pasado tanto tiempo. El encuentro con el brasileño ocurre en las inmediaciones de una cancha de fútbol de Maule, durante su última visita al país.
El partido del año. Así fue catalogado el pleito entre Rangers y Colo Colo, válido por la última fecha de revancha del torneo Copa Chile, denominado también Polla Gol, en alusión al popular juego de apuestas futboleras.
El elenco albo llegaba a este duelo con 24 puntos, liderando el grupo, y el equipo rojinegro, con 23 unidades.
La expectación era gigantesca. Se esperaba un lleno total en el Fiscal y que incluso superaría el récord de público de 23 mil personas en la década del 60, precisamente en un duelo contra Colo Colo. Por lo mismo, la -en aquel entonces- Asociación Central de Fútbol, envió a Talca 26 mil 400 entradas, disponiéndose su venta en las oficinas generales del club, boleterías del estadio, y también en el Café Sao Paulo, El Rey, botillería España y Don Reta, entre otros reconocidos lugares del otrora comercio talquino.
El partido fijado para las 15:30 horas generó tal efervescencia que las puertas del estadio se abrieron a las 11:00 horas. Las graderías comenzaron a ocuparse rápidamente. Hubo hinchas que decidieron llegar muy temprano para asegurar un buen lugar, sacrificando si era necesario el almuerzo. Otros, se las ingeniaron para comer algo rápido en el mismo estadio. Lo importante, era no perderse “el partido del año”.
Los que llegaron más tarde debieron contentarse con ubicarse detrás del arco norte donde se instaló una malla de alambre para separar la portería del público. En dicho lugar -en la pista atlética y de ciclismo- se ubicaron 3 mil hinchas de pie.
Rangers y Colo Colo saltaron a la cancha con sus mejores hombres. En los albos destacaba la presencia de Caszely, Vasconcellos, Simaldone, Ormeño, Vera, Neculñir y Garrido. El gran ausente era el arquero Roberto Rojas, quien estando en Talca había sufrido un problema de salud que le había obligado a ser reemplazado por Julio Sepúlveda, el tercer portero de Colo Colo.
-Ese día el “cóndor” Rojas no pudo jugar porque tuvo un problema estomacal en Talca. Mario Osbén estaba lesionado y jugó el chico Sepúlveda. Orlando lo conocía y habló conmigo, Lucho (González) y Pablo (Prieto) y nos dijo pateen de cualquier parte porque el estadio está lleno y el arquero va a estar nervioso porque no está acostumbrado a jugar con tanta gente. Era el tercer arquero-, relata el barbudo delantero, al recordar aquella jornada.
Y vaya que tenía razón el DT Orlando Aravena. El primer gol rojinegro llegó al minuto 23 del primer tiempo, cuando Nicola agarró el balón en el área luego de un lanzamiento de esquina y “fusiló” al joven portero.
El brasileño corrió a celebrar junto a los hinchas que estaban en la malla gallinero instalada detrás del arco norte, precisamente la portería de Colo Colo en el primer tiempo.
Nicola repitió a los 34 minutos, desatando la locura en el Fiscal. Luego de una carrera desde casi la mitad del campo y donde dejó desarticulada a la defensa alba, disparó al arco desde fuera del área, derrotando nuevamente a Sepúlveda.
Era el 2-0 de Rangers sobre Colo Colo, un equipo albo deslucido y confundido con el juego y poder ofensivo piducano y que a esas alturas ya había sufrido la expulsión de uno de sus cracks: Carlos Caszely, al minuto 26, por golpear al “tigre” Atilio Herrera.
De todas maneras, el cuadro albo se las arregló para descontar. Al minuto 39, vía lanzamiento penal, Horacio Simaldone colocó la cuota de incertidumbre en el partido.
No obstante, en el minuto 44, Luis González -otro que tuvo una tarde mágica- puso las cosas en regla. Tras una rápida pared con Rubens Nicola, sacó ventaja y remató contra la portería del Cacique. El rápido Luis González gritó con todo ese gol y corrió a abrazarse con la gente que estaba detrás de la malla de alambre.
En el segundo tiempo las cosas no mejoraron para la visita. Al minuto 8, Mario Espinoza aumentó para los rojinegros mediante lanzamiento penal y a los 13, repitió Luis González, encendiendo aún más a un público que estaba enfervorizado y viviendo una verdadera fiesta.
Al minuto 22 vino otro descuento de Colo Colo en los pies de Raúl Ormeño, que solo sirvió para hacer más decorosa la derrota en Talca. Pero sólo en parte, porque a los 35, las expulsiones de Lizardo Garrido y Alfonso Neculñir, dieron cuenta de un Colo Colo absolutamente desconcertado con el vendaval rojinegro.
Con esta victoria, Rangers sumó 25 puntos y terminó en el primer lugar de su grupo, clasificando a la liguilla final, y haciendo honor una vez más su apelativo de equipo “boom” por parte de los medios de comunicación de la capital.
-Conseguimos ganarle a un equipo que vino completo, con Caszely, con Vasconcellos, con todas sus figuras. Queríamos demostrar que no éramos un equipo de viejos y que no habíamos venido a robar la plata. Era difícil ganarnos a nosotros acá en el Fiscal. Yo metí el primero y el segundo gol. Y cuando Orlando me sacó minutos antes, sentí toda la ovación. Era una locura-, sostiene Rubens Nicola, al recordar esa épica jornada.
Ese fue el partido de mi vida-, insiste el delantero formado en Botafogo y Corinthians. Pero el brasileño queda corto en su apreciación. Ese también fue el partido de nuestras vidas, de todos los que esa tarde de mayo repletamos el Fiscal de Talca y encontramos en el fútbol la alegría y la ilusión arrebatadas de cuajo algunos años antes.(Texto de mí autoria, extraído y adaptado del manuscrito “Rangers ’83. Una historia de pasión rojinegra”).
Por Patricio Moraga Vallejos
Crónica Digital, 14 de Octubre 2017