Nombres, fechas, datos de seguimientos, videos y muchos más elementos salen hoy a flote en medio del escándalo desatado por supuestos espionajes ilegales en Argentina desde los servicios de inteligencia durante la presidencia de Mauricio Macri.
El exjefe de Operaciones Especiales de la AFI Alan Ruiz, primer detenido y uno de los involucrados en un caso con al menos ocho expedientes abiertos sobre supuestos espionajes ilegales cometidos por la AFI bajo el mando de Gustavo Arribas, reconoció ayer su participación en operaciones y seguimientos a Cristina Fernández.
Después de un largo interrogatorio de varias horas, según medios de prensa como Página 12, el exespía confesó su participación en los operativos, con seguimientos e informes sobre movimientos en la vivienda de la exmandataria y actual vicepresidenta y al Instituto Patria durante 2018, creado por ella después de terminar su mandato (2015).
Durante su interrogatorio, el exjefe de operaciones especiales de la AFI alego que recibió la orden de varias direcciones generales de ese organismo.
Los fiscales al frente del caso, Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide, precisaron que fueron actividades de espionaje ilegal que se intentaron justificar con posterioridad, insertando datos falsos en una causa sobre presuntas amenazas terroristas en el contexto de la cumbre del G20 en 2018.
Ruiz justificó los operativos bajo la supuesta sospecha de posibles actos terroristas durante la Cumbre del G20 contra el Instituto Patria, el domicilio de la expresidenta en esta capital y otros objetivos, como el vicegobernador porteño Diego Santilli, de Cambiemos, la alianza gobernante en ese entonces.
Sin embargo, un dato llamativo es que nadie le avisó a Fernández de que corría algún peligro, precisa hoy Página 12.
Por otro lado, desde la Bicameral de Inteligencia en el Congreso, también se escuchó ayer las declaraciones de Mercedes Funes, otra exagente de la AFI, quien presentó un escrito en el que subraya que toda información que recolectaba el equipo que integraba subía de manera pormenorizada a Silvia Majdalani y Gustavo Arribas, los directivos de la Agencia.
‘La AFI era una sola y su estructura de mando también era única, piramidal y comenzaba en Arribas, continuaba en Majdalani y en lo que respecta a la cadena de mandos mis superiores fueron las personas que ocuparon sucesivamente el cargo de director de Contrainteligencia, de Operaciones y Operaciones Especiales’, expresó.
Funes solo entregó su declaración y se negó a responder preguntas en tanto el otro exagente citado a declarar, Emiliano Matta, envió una notificación informando que estaba enfermo. La Comisión Bicameral de Inteligencia del Congreso le otorgó un plazo de 24 horas para que presente un certificado médico y fue citado para el lunes venidero.
El escándalo desatado por los supuestos espionajes ilegales desde el servicio de inteligencia durante la gestión de Macri ha levantado una polvareda.
Hay varios expedientes, algunos con pruebas presentadas por la actual interventora de la AFI, Cristina Caamaño, con documentos que incluyen entre otros fichas de periodistas nacionales y extranjeros, y pinchaduras de correos electrónicos de almenos 87 políticos y dirigentes.
Pero el caso que más reacciones genera es el que lleva adelante un juzgado de la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, abierto hace dos años tras la captura del líder de una banda de narcotráfico que en busca de un beneficio reveló que fue reclutado por un supuesto abogado que pertenecía a la AFI para hacer algunos trabajos a cambio de protección.
El abogado implicado (Facundo Melo) está imputado y en su celular fueron encontrados imágenes, videos, archivos, audios y conversaciones que dan cuenta de maniobras de espionaje a dirigentes, organizaciones y personalidades de casi todos los ámbitos.
Al juzgado ya fueron llamadas varias personalidades que aparecen entre las víctimas para mostrarle las pruebas como la vicepresidenta Cristina Fernández, el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta -cercano a Macri-, y ayer tocó el turno del líder sindical Pablo Moyano.
Buenos Aires, 23 junio 2020
Crónica Digital/PL