Los organismos internacionales observadores de las votaciones en Bolivia informarán hoy a las autoridades electorales sobre los comicios del pasado domingo ganados por el Movimiento Al Socialismo (MAS), según encuestas a boca de urna.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, resaltó la importancia de los reportes de los representantes de la ONU, la Unión Europea, el Centro Carter y otros organismos que observaron las elecciones generales.
Los comicios generales en Bolivia transcurrieron este domingo bajo un fuerte despliegue militar, una situación atípica e inconstitucional, denunciaron varios activistas.
Más de 7,3 millones de bolivianos eligieron a las máximas autoridades del país.
El candidato del MAS, Luis Arce, obtuvo los votos necesarios para evitar una segunda vuelta frente al candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, según el sitio web habilitado por el TSE computo.oep.org.bo.
El TSE emitirá los resultados oficiales este miércoles.
La ley establece que para ganar en primera vuelta se debe obtener el 50 por ciento más uno de los votos, o al menos el 40 por ciento con una ventaja de diez puntos porcentuales por encima del segundo más votado.
La toma de posesión del nuevo presidente debe realizarse entre el 31 de octubre y el 30 de diciembre, y no el 22 de enero como fue habitual en los últimos años.
La Paz, 20 de octubre 2020
Crónica Digital/PL
Mié Oct 21 , 2020
Por Marcel Garcés La conmemoración masiva pacífica del primer aniversario del 18 de octubre de 2019, que marcó le eclosión del malestar ciudadano contra el gobierno y el modelo neoliberal impuesto mediante por la dictadura y la Constitución de Pinochet, fue la ocasión para que los ciudadanos recuperaran su protagonismo en el escenario político social del país. Decenas de miles de personas en la Plaza de la Dignidad, y las diversas comunas de la Región Metropolitana y del país, celebraron,, desafiando el ambiente de guerra sicológico con que La Moneda intentó frustrarla, el acontecimiento el acontecimiento social, político y humano que generó un cambio político y social que recogió el sentimiento colectivo de protesta y rechazo al modelo neoliberal y obligó-contra su voluntad- a la élite instalada en La Moneda, a reconocer la demanda de iniciar el proceso de cambio constitucional cuyo hito inmediato es el plebiscito de este domingo 25 de octubre. El camino a la Nueva Constitución es nuestra tarea y nuestra responsabilidad de hoy La masividad, la tranquilidad, la alegría y creatividad de las decenas de miles de ciudadanos que este año inundaron una vez más la Plaza de la Dignidad hizo fracasar el ambiente de “ guerra civil” montado por la propaganda de La Moneda, de la derecha política y económica, que una vez más intentó desnaturalizar las demandas y anhelos de la mayoría nacional, de profundizar la democracia, de defensa de los derechos humanos, de generar una Constitución acorde con las demandas sociales, económicas, laborales, culturales de los chilenos. Pero una vez más se frustraron los objetivos del permanente discurso oficial de criminalizar las demandas populares, y acusar a los trabajadores, a los jóvenes, a los pobladores, a las mujeres, a los artistas, de ser violentistas, extremistas, terroristas, dividiendo a los chilenos, como en tiempos de la dictadura de Pinochet, entre buenos y malos chilenos, entre patriotas y antipatriotas, entre partidarios del llamado “Orden Social” y los “violentos”. Pero la realidad es que los hechos de violencia desatados por grupos absolutamente minoritarios, con el incendio de dos iglesias del sector donde los chilenos se manifestaban ordenadamente , y cuyos instigadores podrían ser perfectamente infiltrados de los servicios de inteligencia militares y policiales , encajan perfectamente en el diseño del guión de violencia expuesto en los discursos del ministro de Interior, Víctor Pérez, de su subsecretario, Juan Francisco Galli, de dirigentes políticos de la derecha, los grupos neofascistas, y de hasta de jefes policiales y militares. Como en una especie de coro, cada cual jugó un rol específico y coordinado, generando un clima de amedrentamiento masivo, de inseguridad y temor, para que luego los reales “violentistas”, es decir los “ejecutores”, infiltrados en sectores populares por los servicios de inteligencia oficiales, pusieran la bomba incendiaria, asaltaran impunemente iglesias, negocios, autobuses, unidades policiales y efectivos-para luego, siguiendo con el guión, lanzar nuevas declaraciones “indignadas” o “dolidas”, con una amplia y machacona amplificación mediática y retórica, nuevas acusaciones, nuevas amenazas, y frases hechas y repetidas hasta el cansancio, desde […]