Una semana después del asesinato de tres carabineros chilenos en la región del Biobío aún siguen sin identificarse los autores y la investigación será de largo aliento, según lo admitió hoy el fiscal Roberto Garrido.
Los suboficiales Sergio Arévalo, Misael Vidal y José Cisterna fueron ultimados en la comuna de Cañete en la madrugada del 27 de abril por individuos armados que también prendieron fuego a la camioneta blindada donde se desplazaban.
“Se trata evidentemente de una acción que refleja un grado de preparación, de coordinación y, por lo tanto, eso lo hace más llamativo y también más difícil en términos investigativos”, dijo Garrido al programa de televisión Estado Nacional.
A esto se añade que el crimen ocurrió en un lugar apartado, con ausencia de luminosidad y de cámaras de video.
De acuerdo con el fiscal jefe de La Araucanía, quien lidera el caso, están redoblando los esfuerzos con equipos de la región del Biobío, pero no se puede estimar que se va a solucionar con prontitud.
El hecho conmocionó al país y constituyó el peor ataque contra la institución desde el retorno a la democracia en 1990.
Santiago de Chile, 5 de mayo 2024
Crónica Digital/PL
