Brasil registró 25 mil 712 muertes violentas en el primer semestre de 2020, equivalente a una persona asesinada cada 10 minutos en medio de la pandemia de COVID–19, reveló un informe del Foro Brasileño de Seguridad Pública.
Tal guarismo se traduce en que ese flagelo aumentó un 7,1 por ciento en la primera mitad del año, pese a las medidas de distanciamiento social adoptadas para frenar el avance de la epidemia.
De ese total, unos dos mil 500 concernieron a mujeres ultimadas y más de tres mil a muertes de civiles por agentes durante operaciones policiales, siendo siempre las personas negras las más afectadas.
Otros datos indicaron que en 2019 se contabilizaron mil 326 feminicidios en el país, un incremento de 7,1 por ciento respecto al ejercicio anterior, la mayoría perpetrados contra mujeres negras por su pareja.
Por lo visto este año pudiera comportarse como el pasado, pues en el primer semestre fueron 648 casos, un 1,9 por ciento más que en los primeros seis meses de 2019.
Sobre muertes clasificadas como homicidios intencionales, las féminas asesinadas pasaron de mil 834 a mil 861, una subida del 1,5 por ciento.
De acuerdo con el documento, “las cifras rompieron una tendencia a la baja en los delitos violentos que comenzó en 2018”.
Al respecto, el director de la organización no gubernamental, Renato Sergio de Lima, comentó que la crecida de los delitos violentos puede deberse “a la relajación de las leyes de control de armas” en el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro y “un discurso bélico permanente” sobre el crimen.
Brasilia, 20 de octubre 2020.
Crónica Digital / Prensa Latina.