Un equipo que deslumbre, tal vez algún elenco frío y calculador, nada: al cierre de los octavos de final la Copa Mundial de Fútbol de Brasil 2014 busca al gran favorito.
Faltaba por ver una reacción de Argentina y lo único que nos dejó, además de angustias para doblegar a la siempre mezquina Suiza, es la dependencia absoluta al conejo de la chistera, o sea una genialidad de Lionel Messi.
Después de 117 minutos de un partido alargado al tiempo extra, apareció como un torbellino en el 118 sabiendo con quién debía conectarse, Angel Di María, y se hizo la luz con una suerte de bendición papal con el palo del infortunio para Suiza.
Brasil, el candidato principal de los pronósticos, se aferra hoy únicamente a su condición de país sede, porque de fútbol, a excepción de los chispazos de Neymar, ha dejado bastante que desear.
Deslumbró la Mannschaft de Alemania en su contundente debuto frente a Portugal con una goleada inmisericorde 4-0, pero luego estuvo a punto de hacer aguas ante la aguerrida escuadra de Ghana y el empate 2-2, y la agonía de 1-0 con Estados Unidos.
Un crack en ascenso, Thomas Muller, el excelente arquero Manuel Neuer, sólida defensa, y, sin embargo, irregularidades en la rotación y falta de ideas en la media cancha, aun con Mesut Ozil, Mario Goetze y Phillip Lahm.
Luego Francia, Les Bleus, 3-0 a Honduras, 5-2 a Suiza hasta transmitir dudas con el empate a cero frente a Ecuador. La madurez de Karim Benzema, la creación del pequeñín Mathieu Valbuena, y los progresos del juvenil Paul Pogba.
Finalmente Colombia, con registros de primer nivel, el buen trabajo de conjunto del entrenador Jose Pekerman y una orquesta con intérpretes que inspiran respeto bajo el liderazgo indiscutible de James Rodríguez.
El problema de Colombia será Brasil el viernes, aunque no pocos piensan a la inversa: el problema de Brasil será Colombia. Al inicio se decía que la selección cafetera imponía jerarquía en un grupo llevadero al lado de Grecia, Japón y Costa de Marfil.
Sobresalió en todos sus compromisos en la primera fase y para no defraudar a sus entusiastas hinchas, se mostró de forma magistral en octavos con un categórico 2-0 ante Uruguay.
Quedaría por analizar Holanda entre los que cargan etiquetas importantes. La Naranja Mecánica de Van Gaal encendió las alarmas de los restantes planteles con la temeraria goleada 5-1 a España en el debut.
Los expertos comenzaron a ensalzar la calidad de Robben y Van Persie, y el concepto de apostar al contragolpe por la velocidad de figuras jóvenes además del nivel de los veteranos. Sufrió, empero, con Australia y tuvo suerte ante el aguerrido Chile.
Como afirmó en una ocasión Gary Linecker, el goleador inglés, en fútbol juegan 11 contra 11 y gana Alemania. Si fuera así, pasaría por encima de la Francia de Didier Deschamps, hasta ahora de lo más descollante de la liza.
Y por supuesto, con toda la falta de respiración, Argentina ya con Messi y Di María tiene cartas para soñar con la Copa FIFA. De Brasil, son tantas las dudas que mejor esperar a su prueba de fuego contra Colombia.
Sobre esa base, tampoco se puede descartar a Holanda, pero parece poco probable que pueda quitarse el reto de Argentina, en el supuesto de que la Oranje termine con el equipo sorpresa del torneo, Costa Rica.
Por Michel Dalí
Río de Janeiro, 3 de julio 2014
Crónica Digital / PL