Expertos de Malasia, China y Australia coincidieron hoy en que resultará más complicada y costosa la próxima fase de búsqueda del Boeing 777-200, perteneciente a la Malaysia Airlines, perdido el 8 de marzo último.
Una reunión de esos especialistas en esta capital analiza los pasos siguientes para continuar rastreando donde se dice cayó la aeronave con 239 personas a bordo.
Informaciones obtenidas por vía digital señalan al Sur del océano Índico como el lugar más probable donde se desplomó el aparato, aunque hasta ahora no se ha encontrado resto alguno.
En esa primera etapa, 11 aviones militares, cuatro civiles y una decena de buques especializados revisaron un área de 22 mil kilómetros cuadrados, a unos mil 500 kilómetros al suroeste de la ciudad portuaria australiana de Perth.
Solo el buque australiano Ocean Shield detectó señales de una herramienta creada por el ser humano y allí se concentró la búsqueda.
El submarino robot Bluefin-21 entró en funciones para rastrear el Índico, pero la profundidad del lugar sobrepasó las posibilidades del ingenio sumergible y después de decenas de inmersiones los técnicos lo desecharon.
Los expertos de Malasia, China y Australia reunidos aquí determinaron que se requieren equipos más complejos y caros para continuar en la búsqueda, cuyo costo, según cálculos, asciende a por lo menos 60 millones de dólares.
Camberra, 7 de mayo 2014
Crónica Digital / PL
Mié May 7 , 2014
Un efectivo aporte realiza la académica de la Escuela de Obstetricia de la Universidad de Santiago, Paula Núñez, quien aprendió la técnica de confección de los bebés simuladores (reborn) en base a vinilo, cuyas características son tan reales, que hacen difícil la distinción con los recién nacidos, al tiempo que propician el desarrollo de destrezas y las habilidades blandas entre los estudiantes. La académica de la Escuela de Obstetricia de la U. de Santiago, Paula Núñez, es pionera en nuestro país en la técnica “reborning” para hacer muñecos de vinilo con características realistas, que son usados por los estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de dicho plantel, para facilitar su práctica y acercamiento a la neonatología y pediatría. “Contar con estos simuladores hace que nuestros estudiantes sean a futuro profesionales más empáticos y más integrales”, sostiene la matrona de la U. de Santiago, asegurando que la experiencia acerca a los jóvenes a la realidad que muchos de ellos se enfrentarán a diario al asistir un parto. “Los muñecos tienen todas las características de un neonato: terminaciones nerviosas, el color de las venas, hasta el peso es similar al de un recién nacido, lo que sin duda, hace que el trato de los estudiantes sea tan cuidadoso, como si se tratara de un bebé verdadero. Así, desarrollan mayores destrezas”, explicó. Los estudiantes de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Santiago, han sido los más beneficiados con estos bebés simuladores, pero Paula Núñez los produce también para otras casas de estudios. Hace cuatro años que hace este tipo de figuras, conocidas como “bebe reborn”. Conoció la técnica a través de Internet, cuando era prácticamente desconocida, pero consiguió que una persona que había aprendido en España le enseñara. Paula sintió que aprender el método reborning implicaba mucho más que el gusto por aprender de este arte nacido en Alemania, ya que podía crear simuladores más reales, que fueran útiles para la formación de profesionales que para el ejercicio de su profesión necesitan familiarizarse con bebés y niños pequeños. Humanizar los simuladores La matrona creó la empresa Pequeñas Maravillas, junto a otra socia, en donde hacen muñecos por encargo y para diversos objetivos. “La gente cree que sólo las niñas pueden tener un muñeco, pero también se utilizan para fines académicos. Por eso, para mí, aprender esta técnica fue también una posibilidad de humanizar los simuladores y de paso favorecer el aprendizaje en los estudiantes”. A futuro, la matrona, pretende seguir perfeccionándose en esta técnica, incluso ahora está trabajando en muñecos con patologías como fisura palatina u otras genopatías. “Estos simuladores permitirán que nuestros estudiantes puedan adquirir ciertas destrezas con bebés que tienen enfermedades congénitas” y habituarse a los distintos cuidados que requieren, puntualizó. Por María Paz Lema Santiago de Chile, 7 de mayo 2014 Crónica Digital