Durante mucho tiempo, varios grandes productores de coches manipularon los motores diésel para engañar a la tecnología de medición y control de los gases de escape.
De hecho, una gran parte de los vehículos con motores diésel producen mucho más óxido de nitrógeno (NOx) de que los productores reconocían.
Mientras, muchas ciudades alemanes tienen un problema creciente con la calidad del aire, afectado por NOx y partículas finas.
Por ello, las autoridades en varias regiones discuten retirar el permiso de conducir para coches que funcionan con combustible diésel.
En la cumbre de hoy participan los jefes de Volkswagen, Porsche, Audi, Daimler, BMW, Opel y Ford en Alemania.
Se espera, además, la participación de los primer ministro de los Estados federados con una fuerte industria automobilística como Baden-Wurtemberg, Baviera, Baja Sajonia, Renania del Norte-Westfalia, Hesse, Renania Palatinado, Sarre, Hamburgo y Bremen.
Estarán presentes también representantes de las comunas, sindicatos y organizaciones empresariales.
Mientras, organizaciones para la defensa del medio ambiente demandaron mejorar la depuración de los gases de escape en motores diésel.
El experto en el tema de Greenpeace Alemania, Benjamin Stephan, rechazó la propuesta de la industria automovilística de agregar un software para controlar los gases de escape.
‘Hay que cambiar los motores para proteger a los ciudadanos de sustancias nocivas’, subrayó Stephan.
En Alemania, cada tercer coche tiene un motor diésel.
Según cifras oficiales, el primero de enero del 2017 estaban registrados en Alemania 45,8 millones coches, de ellos 15,1 millones con motores diésel.
Berlín, 2 de agosto 2017
Crónica Digital /PL