Así lo expresó viuda de Hugo Ríos Videla y Secretaria General de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi en un recordatorio al cual asistió Anita Tijoux y la directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Lorena Fries, quien señaló que aún falta justicia.
A 39 años del montaje comunicacional de la Dirección de Inteligencia Nacional que hizo aparecer los días 23 y 24 de agosto de 1975 a 119 detenidos desaparecidos de la Dina como muertos en enfrentamientos aún falta justicia, esa fue la conclusión de los familiares que concurrieron a la actividad organizada en el sitio memoria ubicado en la comuna de Peñalolén.
Así lo expresó la directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Lorena Fries, quien asistió al acto recordatorio organizado por Villa Grimaldi y el Colectivo 119 Familiares y Compañeros.
En la oportunidad, a nombre del sitio memoria, ubicado en la comuna de Peñalolén, desde donde desaparecieron o fueron ejecutadas 237 personas, la Secretaria General Teresa Izquierdo expresó que la Operación Colombo fue “un montaje burdo, grosero, macabro”.
“Decir que se mataban entre sí, que caían exterminados como ratones (como publicó La Segunda NDR), era una atrocidad más, todavía impune”, agregó.
Izquierdo cuyo marido detenido desaparecido, Hugo ríos Videla, 23 años, apareció entre las víctimas de la Operación Colombo, dijo con la voz quebrantada y a punto llorar que “casi cuarenta años somos más viejos y seguimos sin saber qué sucedió a nuestros jóvenes y queridos compañeros y la mayor parte de los asesinos están libres”.
Operación Colombo provocó huelga en el campo de Puchuncaví
“Sus cómplices civiles, indignos del título de periodistas, siguieron impunes, enquistados en medios de comunicación todavía monopólicos, como en dictadura.
La interminable transición a la democracia no ha permitido alcanzar la verdad, la justicia, ni terminar con la impunidad”, puntualizó.
Roberto D’Orival, cuyo hermano estuvo en la lista de los 119 y coordinador del Colectivo 119, manifestó que la Operación Colombo fue la respuesta que “la dictadura cívico militar se vio obligada a dar frente a las incansables presiones y movilizaciones de familiares y organismos de derechos humanos y la presión internacional”.
Por su parte, el Presidente de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, Alvaro Ahumada, sobreviviente de la Villa y de varios centros de prisioneros, rescató que a pesar de la conmoción y horror que produjo en los familiares y prisioneros que se publicaba en los diarios del país que sus familiares se estaban matando entre ellos, el hecho desató la primera huelga de hambre en el campo de Puchuncaví el 31 de julio de 1975 que se extendió por 9 días.
Noventa y cinco huelguistas, arriesgando sus propias vidas, dieron testimonio de haber visto, en diversos centros de interrogatorio y detención, a la mayoría de los 119 chilenos que se daba como muertos en el extranjero. Estos testimonios fueron ratificados posteriormente en los tribunales de justicia.
Víctor Ancalaf: justicia los desaparecidos y al pueblo mapuche
A la cita asistió el dirigente mapuche Víctor Ancalaf, una de las personas a quien recientemente la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictaminó que en el juicio en su contra el Estado chileno violó el principio de legalidad.
Ancalaf precisó que tanto para los opositores a la dictadura como a los mapuches debe haber un acto de justicia.
“Aquí hay una deuda que no ha sido sanada, que no ha sido curada, muy antigua, llevamos 500 años masacrados mirados en menos y la sociedad chilena hace más de 60 años que también es oprimida, por lo tanto aquí debe haber un acto de justicia”, planteó Ancalaf.
Mientras se desarrollaba el acto recordatorio, las arpilleristas de Lo Hermida, declaradas tesoros vivos de la humanidad por la Unesco bordaron una arpillera de homenaje que concluyó por la tarde.
Asimismo se expuso la obra “Hilos de Ausencia: genealogías y iscontinuidades” de la artista visual Viviana Silva y “Mantas de la Memoria”, de la Agrupación de Familiares de Irlanda del Norte.
Hilos de Ausencia está basado en proceso de investigación, acercamiento y reuniones con familiares, amigos y conocidos de cada una de estas 119 personas que bordaron pañuelos.
Por Carlos Antonio Vergara
Santiago de Chile, 2 de agosto 2014
Crónica Digital
