La quinta edición de la Copa América se disputó como los certámenes anteriores con cuatro selecciones nacionales pero tuvo un nuevo participante en la Asociación Paraguaya de Fútbol, recién incorporada a la Confederación Sudamericana, (Conmebol).
El torneo regional de futbol más antiguo del orbe retornó en 1921 a la sede de Argentina con la lamentable ausencia de la Federación de Chile, uno de los cuatro fundadores, por dificultades internas en su fútbol.
Los anfitriones junto a los debutantes guaraníes, los monarcas uruguayos y los brasileños lucharon de tú a tú en ese torneo efectuado entre el 2 y el 30 de octubre en el estadio Sportivo Barracas, de la ciudad de Buenos Aires.
Tras la victoria en la apertura del seleccionado argentino 1-0 frente al representativo de Brasil, la escuadra de Paraguay sorprendió por su performance ofensivo y el cerrojo a la defensa para derrotar 2-1 al favorito equipo de Uruguay.
Después de ese éxito, los paraguayos no pudieron ante brasileños y albicelestes al caer con similar marcador de cero a tres, respectivamente, para concluir en el último peldaño de la tabla de posiciones, pero dejaron una buena imagen y la impresión del crecimiento del deporte en su territorio.
La competencia acrecentó el interés de la afición gaucha cuando la selección de Uruguay en otro cerrado partido venció 2-1 a la selección del gigante sudamericano Brasil, con lo que quedó el escenario listo para su decisivo partido final frente a los argentinos.
No obstante la disposición de los charrúas y su entrega en aras de vencer, no pudieron frente al buen desempeño de la selección anfitriona que se impuso uno a cero para lograr el primer título.
El gol de la victoria lo rubrico el delantero Julio Libonatti, convertido en la gran figura de su equipo debido a otras sendas anotaciones en los dos anteriores encuentros, con lo que finalizó como líder goleador de la lid.
Según reseñas de la época, la multitud en Argentina como agradecimiento premió al protagonista del gol del campeonato al llevarlo en andas después del decisivo juego hasta la Plaza de Mayo, frente a la Casa del Gobierno.
Brasileños y uruguayos concluyeron igualados en puntos a dos en la segunda posición al acumular cada uno un triunfo y dos reveses pero los del gigante sudamericanbo se reafirmaron en el puesto por tener mejor promedio de gol, cuatro a favor y tres en contra, por tres y cuatro los celestes.
Notas destacables para la selección local: ganó todos sus partidos, logró cinco anotaciones y no permitió gol, por lo que el guardameta Américo Tesoriere, alcanzó calificativos de héroe.
El torneo dejó hasta ese momento el registro menos ofensivo de la Copa América con sólo 14 goles en los seis encuentros disputados para un promedio de 2,33 por juego.
Como colofón de la lid, estuvo la extraordinaria acogida de los aficionados y el ensueño del nuevo miembro Paraguay en su brillante aparición.
Por José Francisco Reinoso, excancerbero nacional cubano
La Habana, 19 de mayo 2015
Crónica Digital / PL