Lo dijeron algunos jugadores, periodistas e hinchas. Lo ha manifestado la historia de las clasificatorias de la Conmebol a los eventos mundiales del fútbol. Nunca ha sido ni será fácil enfrentar partidos de esta categoría. El empate ante Colombia fue fiel reflejo de esa característica, al igual que los encuentros pasados frente a Brasil y Perú. La selección chilena venció en aquellas ocasiones por detalles e impuso una jerarquía que en esta oportunidad no apareció. Se especulaba mucho en la previa al duelo con los cafeteros sobre la posibilidad de llegar al primer escalafón del ránking FIFA, lo cual era lo menos relevante. Sólo importaba conseguir los tres puntos de cara a la próxima fecha que es aún más complicada: la visita a Uruguay.
La táctica que utilizó Jorge Sampaoli ante la ausencia de Marcelo Díaz, pieza clave en el andamiaje del equipo, pasó por ubicar a Arturo Vidal en esa posición y a Matías Fernández en la labor de volante mixto. Sin duda es por ahí donde se definió el cotejo, junto con el despliegue por las bandas encargado a Isla y Beausejour. Los minutos iniciales de ambos lapsos fueron muy buenos para Chile, pues la presión ejercida trajo llegadas peligrosas muy cercanas al gol. Después le costó muchísimo ser profundo e incisivo, Colombia controló los duelos por los costados y ganó poco a poco el mediocampo. ¿Cuál fue el detalle en este partido para la selección? Una pelota detenida de Fernández que encontró el cabezazo de Vidal para vencer el pórtico de David Ospina.
La “pepa” conseguida en los suspiros del primer tiempo adormeció paulatinamente el ritmo de juego con la posesión del balón, el rol de Arturo Vidal se fue perdiendo en la medida que el medio terreno rival se sobrepuso en términos físicos y tácticos, presionando mucho la salida de la zaga defensiva. La escuadra dirigida por José Néstor Pekerman apostó a ganar pelotas divididas en tres cuartos de cancha, sumado a la velocidad del jugador que recibía más el que acompañaba, terminó aprovechando el lento retroceso de un equipo quebrado en la segunda mitad. Así es como nació el gol del empate, la marca de los laterales chilenos seguía las diagonales hacia adentro, por lo que Isla no pudo llegar al pase en profundidad entregado a Muriel, quien tras algunos rebotes logró asistir a James Rodríguez para la merecida paridad.
Prefiero ver que se ganó un punto a pensar que se perdieron dos. Sí, era muy importante ganar sabiendo lo complicado que es el próximo encuentro frente a Uruguay como visitante, pero Colombia leyó muy bien el trámite del juego, apretó muchísimo las líneas y neutralizó a hombres claves en la ofensiva: Sánchez, Vargas y Valdivia. Lo preocupante es la ausencia de un plan alternativo cuando las cosas no funcionan. No creo que Sampaoli no haya pensado en cambiar la línea defensiva de tres a cuatro jugadores, porque eso lo hizo antes de terminar la primera etapa con Brasil, pero faltó la capacidad de darle la vuelta al desafío que el partido planteó y hacerlo con determinación en un momento preciso. Se nota algo que vengo diciendo desde marzo: es necesario realizar un trabajo de recambio.La Sub-17 y la Sub-20 van en ascenso en ese tema, pero la selección adulta aún evidencia la diferencia abismal entre los jugadores “top” y los suplentes.
También es relevante el hecho de que si bien a Chile le costó ganar los duelos externos, la velocidad del tránsito por el sector medio de la cancha no acompañó a desarrollar un vértigo basado en la potencia del juego elaborado. Son lecciones y enseñanzas para un elenco que aún no tiene techo, recién estamos en la tercera fecha de un proceso muy largo y siempre se aprende. Respecto a la salida de Sergio Jadue de la presidencia de la ANFP, espero que el incidente no afecte la concentración de los jugadores ni la del técnico, quien al parecer está encontrando cada vez más razones para emigrar a una oferta mayor.
No es momento de ser “chaqueteros”, son las clasificatorias más difíciles del mundo. Nuestra selección merece el apoyo y respeto que se ha ganado, sobre todo en una “batalla” que se disputará el martes. ¿Por qué digo batalla? El rival tiene sangre en el ojo y hará todo lo posible por ganar. Si eso pasa, la confianza de los adeptos a este proyecto debe mantenerse intacta. No son los mejores del mundo, sin embargo, les aseguro que estos jugadores luchan cada día por serlo. La racha algún día se acabará, los triunfos podrán convertirse en derrotas, pero la gente debe estar ahí, aguardando por una nueva alegría que estos gladiadores esperan entregar…
Vicente Vásquez Feres
Santiago de Chile, 16 de noviembre 2015
Crónica Digital