La gran noticia de Chile tiene más que nunca sabor a serie televisada, de mediocre factura y atizada por esas pasiones que desata el fútbol, ahora con la eventual salida del entrenador Jorge Sampaoli.
En realidad, toda la semana el país austral virtualmente dejó en pausa los temas políticos, para dar una cobertura frenética a los vaivenes en torno al exitoso técnico argentino, contradictorio y enemistado con los medios.
Sus últimas frases extienden esta especie de psicodrama nacional, que pasó la víspera por agresiones verbales a su llegada de Europa en el aeropuerto de Santiago; un comunicado ambiguo del propio Sampaoli y varios entrevistas curiosas.
El asunto no quedó zanjado con claridad aunque es evidente que está listo para renunciar al cargo. El problema principal, a priori, es la cláusula de su contrato que lo obliga a pagar poco más de seis millones de dólares a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).
Esa entidad fue clara en sus comentarios. Su nuevo presidente, Arturo Salah, dijo que no pretende retener por la fuerza al argentino, pero subrayó la necesidad de honrar los convenios contractuales.
Sin embargo, el todavía técnico de la Roja reconoció pero advirtió que no se puede ir porque no tiene dinero para pagar la millonaria cláusula de salida incluida en su contrato.
«No estoy capacitado en el corto plazo de dirigir a alguien en este momento, venga quien venga, porque me afectó mucho esto, me descolocó», comentó.
Se refería de esa forma a las cuentas pendientes que salieron a flote semanas atrás sobre los pagos recibidos, la supuesta colocación de los dineros en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes y los premios entregados por el anterior jefe de la ANFP.
Sampaoli tenía una estrecha relación con el defenestrado Sergio Jadue (extitular de la ANFP), inmerso ahora en un proceso judicial en Estados Unidos dentro del escándalo de corrupción de la FIFA.
En cualquier caso, después de indicar en Zurich, Suiza, a donde fue como candidato de la FIFA a Mejor Técnico de 2015, su deseo de terminar sus nexos con la Roja y también que no quería seguir viviendo en Chile, lo cual luego desmintió.
Los titulares de los medios locales remarcan el conflicto: Sampaoli no renunció pero quiere marcharse.
Y para completar el panorama, el preparador en nuevas entrevistas opinó que «la ANFP tiene que encontrar un cuerpo técnico que esté capacitado para Rusia».
Argumentó que «lo que tenemos es una sensación muy rara. Hoy no me siento con la energía e ilusión que tenía en noviembre. Me cuesta continuar en este proceso. El punto final es la publicación de un contrato. Me parece que está todo manipulado para que deje la Selección».
Finalmente, en este interminable capítulo, subrayó: «Lo que hablo con la gente del nuevo directorio (de la ANFP) es que haya un entendimiento y comprensión, si me toca salir, salir de la mejor manera».
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 14 de enero 2016
Crónica Digital / PL