EE.UU.: LAS GUERRAS PENDIENTES Y LOS NUEVOS ASESORES DE TRUMP

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Con varias guerras pendientes y pocas posibilidades de terminarlas a corto o mediano plazo, la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, enfrenta difíciles escenarios en el plano político-militar y estratégico.

 

A estas complejidades se suma el ambiente de caos que existe en la Casa Blanca con la inestabilidad de funcionarios clave para la política exterior del país, en particular el despido reciente del secretario de Estado, Rex Tillerson y su sustitución por el hasta ahora director de la CIA, Mike Pompeo.

Al mismo tiempo, la agencia de espionaje queda en manos de Gina Haspel, una funcionaria de dudosa profesionalidad, según algunos de sus conocidos, y que está involucrada en las prácticas de torturas aplicadas por los integrantes de dicha entidad y otros servicios similares tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Entretanto, el ultra reaccionario John Bolton tomará posesión el próximo 9 de abril como asesor de seguridad nacional, para relevar a H.R. McMaster, quien estuvo en el cargo desde febrero de 2017, lo que complica el escenario.

El nuevo consejero fue subsecretario de Estado de 2001 a 2005, durante la administración de George W. Bush (2001-2009).

Sin ningún tipo de pruebas, en 2002 Bolton acusó a Cuba de poseer un programa de armas biológicas y de compartir esos conocimientos con países adversarios de Washington, alegaciones rechazadas por el Gobierno de la isla caribeña y especialistas de alta calificación en Estados Unidos.

El exembajador en ONU (2005-2006) es partidario de bombardear a Irán para destruir el programa nuclear de la nación persa, rechaza la constitución de un estado palestino, es afín a Israel y acusó a Obama de ser demasiado débil en la arena internacional, en especial con Siria.

Algunos especialistas auguran que Bolton intentará acomodar a su antojo el Consejo de Seguridad Nacional, sacar de allí a los individuos poco confiables, así como poner fin a algunos males, entre otros las filtraciones de datos clasificados, tareas difíciles de llevar a la práctica.

PREOCUPACIÃ’N EN EL PENTÁGONO

El temor a las posibles pifias de Bolton como el hombre que le susurra al Presidente la forma de afianzar la hegemonía estadounidense en el mundo, no se circunscribe a Gobiernos aliados, amigos o adversarios de Washington.

Hasta el propio secretario de Defensa, James Mattis, admitió recientemente que tiene percepciones diferentes a las de Bolton sobre los problemas mundiales, a pesar de lo cual predijo que ambos mantendrán una relación de trabajo positiva y anunció que dicho funcionario visitará el Pentágono en los próximos días.

Mattis prefiere evitar un conflicto armado en la península coreana porque tendría un alto costo político y militar, al contrario de Bolton, que está a favor de una acción de fuerza contra la República Popular Democrática de Corea (RPDC).

Sobre Irán el jefe del Pentágono discrepa también con el exsubsecretario de Estado de Bush, quien clama por el abandono total del convenio alcanzado entre Teherán y las naciones miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania en 2015.

Al respecto, Mattis prefiere seguir adelante con el arreglo mientras la nación persa también cumpla su parte.

Por otra parte, un artículo reciente publicado en el sitio digital de la cadena canadiense CBC News, reproduce declaraciones de Mark Lowenthal, exdirector asistente de la CIA, quien considera que la combinación de Bolton y Pompeo en la Casa Blanca hará que esta administración sea mucho más belicosa.

En las últimas semanas se ha mantenido en un segundo plano en todo esta controversia una persona clave: el presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor del Pentágono, general Joseph Dunford, el oficial de mayor rango en las fuerzas armadas y por ley el principal asesor militar del Presidente.

AFILAR LAS ESPADAS

Quizás quien mejor resumió el significado de la llegada de Bolton como asesor de seguridad nacional fue el almirante retirado James Stavridis, decano de la Escuela de Leyes y Diplomacia de la Universidad de Tufts, quien fuera jefe del Comando Supremo Aliado en Europa (2009-2013) y del Comando Sur (2006-2009).

El exoficial declaró recientemente a la cadena MSNBC: ‘Es tiempo de ajustarse los cinturones, para los militares les tengo tres palabras: afilen sus espadas, porque él (Bolton) va a utilizar el poderío bélico de Estados Unidos’.

En ese contexto, el conflicto en la península coreana es uno de los asuntos que requiere mayor sensatez por parte de los asesores de Trump, para evitar que este intente resolverlo con amenazas de un ataque nuclear devastador contra Pyongyang, al estilo de lo que prefiere Bolton.

La posible entrevista del mandatario con el líder norcoreano Kim Jong Un en mayo -encuentro que según el diario The New York Times la mayoría de los estadounidenses ve poco probable- pudiera estar en peligro.

A pesar de las señales esperanzadoras que llegan de una y otra parte de los involucrados en este conflicto, Estados Unidos y Corea del Sur siguen adelante con sus grandes ejercicios militares en esa región.

Washington y Seúl reanudarán sus maniobras conjuntas Foal Eagle y Key Resolve a partir del 1 de abril.

Los entrenamientos incluyen la participación de unos 23 mil efectivos estadounidenses y 300 mil surcoreanos, e incluyen grandes desembarcos aeronavales, por lo que las autoridades de Pyongyang los consideran verdaderos ensayos de agresión y simulacros de bombardeos a la RPDC.

AFGANISTÁN

Otro conflicto prolongado y con una solución aún fuera del alcance de la vista de los principales estrategas estadounidenses es Afganistán, después de casi 17 años de involucramiento.

El jefe de las tropas norteamericanas en ese país, general John W. Nicholson, dijo recientemente que los aspectos castrenses de la estrategia de Trump para la nación asiática están dando frutos e incluyen un mayor apoyo aéreo y de inteligencia, entre otros aspectos.

Añadió que el Pentágono dejó de ver a Iraq y Siria como prioridades y ahora los esfuerzos principales se concentran en Afganistán.

Aunque el presidente Barack Obama finalizó formalmente la participación directa de los militares norteamericanos en combate en Afganistán desde diciembre de 2014, en ese país asiático hay unos 15 mil 800 efectivos en tareas de asesoramiento y asistencia en las operaciones contrainsurgentes, cuyo futuro parece incierto.

SIRIA

La agresión contra Siria, que ya llegó a su séptimo aniversario, tiene en Estados Unidos su principal promotor y financista, como líder de la coalición internacional que actúa allí con el pretexto de combatir al Estado Islámico (EI).

La agrupación de unidades terrestres que Estados Unidos mantiene en el noreste de Siria -unos dos mil efectivos- tiene entre sus misiones asegurar la porción de ese territorio, apoyar a las bandas antigubernamentales sirias y avanzar en dirección sur hacia Damasco, cuando las condiciones en el terreno lo permitan.

OTROS CONFLICTOS

Trump y su equipo tendrían que reparar sus deterioradas relaciones con Rusia, debido entre otros factores a los intentos de Washington de reforzar la presencia bélica en Europa del Este, planes rechazados por Moscú.

La decisión del jefe de la Oficina Oval de elevar a niveles sin precedentes las capacidades militares, en particular el poderío nuclear, es otro motivo de enfrentamiento con las autoridades rusas.

Las tensiones con el Kremlin se agravaron en las últimas semanas, por la campaña orquestada por Occidente que acusa a la nación euroasiática de atentar contra el doble agente Serguei Skripal en la ciudad inglesa de Salisbury, un verdadero montaje para justificar acciones hostiles. Con ese pretexto, Estados Unidos, Noruega, Ucrania, Canadá, Australia, Moldova, Croacia y 16 países de la Unión Europea, así como organizaciones internacionales como la OTAN, decidieron expulsar a más de 140 diplomáticos rusos.

A juicio de expertos en el tema, la expulsión de estos funcionarios sin presentar pruebas de ningún tipo, forma parte de una amplia operación para neutralizar las capacidades de Moscú destinadas a detectar y contrarrestar los planes de Occidente contra la soberanía y la estabilidad rusas.

Estos y otros asuntos de política exterior deberán ser enfrentados por el fragmentado equipo de asesores en materia de seguridad nacional que rodea al Presidente, algunos de los cuales, como es el caso de Bolton, intentarán imponer soluciones extremas que pudieran implicar el uso de la fuerza.

Por tales razones, aquellos gobiernos y países considerados por Washington hostiles a sus intereses debieran estar atentos a las decisiones que adopte este equipo de asesores ‘estrella’ y el propio Trump para atacar, al decir de George W. Bush, cualquier oscuro rincón del mundo.

Por Roberto García Hernández
Jefe de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.

La Habana, 30 de marzo 2018
Crónica Digital /PL

One thought on “EE.UU.: LAS GUERRAS PENDIENTES Y LOS NUEVOS ASESORES DE TRUMP

  1. Y DALE CON LO MISMO…

    Puede ocurrir que nos gane el hartazgo, tanto para quienes solemos elaborar editoriales como para sus destinatarios.
    Y no es sólo por la simple recurrencia o la falta de ideas, o la ausencia de hallazgos. Sucede que todo esfuerzo por alertar, concientizar, prevenir, denunciar, es insuficiente para posicionar a gran parte de la sociedad en defensa de sus derechos, garantías y libertades.

    No es la primera vez que el neoliberalismo se entrona en el poder cometiendo toda clase de delitos, amparándose en la supuesta legitimidad que le da una también supuesta victoria electoral.
    Si bien cuentan con seguidores y simpatizantes, como las y los aplaudidores de cuanto crimen se cometa contra los “diferentes”, contra los desclasados, contra los marginados y empobrecidos; el número nunca les alcanza para legitimar la barbarie, el vaciamiento, la destrucción del aparato productivo nacional, las reservas y el constante pisoteo de leyes, en especial de nuestra carta magna, la Constitución Nacional.

    Decimos que no es la primera vez que el neoliberalismo asola nuestra tierra, pero en esta oportunidad, tal como venimos sosteniendo, su paso destructor es mucho más acelerado del que hayamos conocido.
    Saben que no cuentan con mucho tiempo para que los, convenientemente, desprevenidos se den cuenta cómo les afecta de manera directa la destrucción de la Nación.

    Y tal vez si sólo fuese una cuestión meramente económica la afectada por esta “dictocracia”, es probable que sólo se lo asumiera como una tragedia o mal menor. Pero no es solamente económico el tema, es profundamente humano. El cómo afectan a cada ser las medidas anti-patria de estos gerentes menores del poder imperial mundial, es un tema gravísimo.
    Para peor, no es solamente Argentina, todo el Continente es afectado por esta criminal ola neofascista.

    Ahora bien, todo el andamiaje montado para la destrucción del aparato productivo nacional, del salario, de las oportunidades, etc. viene acompañado de otros no menores detalles (el término detalle es un eufemismo…).
    Para lograr sus metas cuentan con la complicidad consciente e inconsciente de un gran número de seres que se han posicionado decididamente en contra de la vida.
    La creciente sucesión de asesinatos en manos de uniformados y de comunes que pretenden condenar sin juicio por el crimen que sea, colabora con la destrucción casi irreparable del tejido social, bastante dañado desde décadas atrás.

    Se han escrito y se escriben incontables editoriales, análisis, trabajos que tienen íntima relación con cómo ha aumentado la pobreza, la indigencia, como así también la desnutrición, el desempleo, la deserción escolar; todos flagelos que se plasman en el debilitamiento de un gran sector social que se ve imposibilitado de aspirar a un nivel un tanto mejor para transitar su existir.

    El imperialismo mundial, en su afán destructor y de dominación, con su imparable fábrica de pobreza y exclusión, promueve el odio, el racismo, la discriminación y va logrando que gran parte de la población -sin considerar su responsabilidad ni el modo en que le habrá de afectar también en el corto y mediano plazo su accionar- se sume a la escalada criminal que deja un tendal de miseria y dolor en su lamentable camino.

    Podríamos recurrir estudios donde se reflejen tanta desolación y destrucción, pero sería insistir con lo que venimos alertando desde hace bastante tiempo.
    Tal vez no queramos cansar, tal vez nos estemos hartando…

    Entre todo lo que hemos venido sosteniendo en relación con los peligros a los que estamos expuestos, hemos hecho, referencia al peligro que implica la presencia en el continente de factores foráneos que, con diferentes argumentos, van invadiendo nuestros territorios.

    El Comando Sur de los EE.UU. con el acompañamiento de la reflotada IV Flota, han venido aumentando su presencia en nuestra Patria Grande. Las bases diseminadas a lo largo y ancho del territorio dan cuenta de la no tan silenciosa invasión.
    Desde México hacia todo el Sur de nuestro Continente, el despliegue ha sido formidable, con las excusas de las ayudas humanitarias y las intervenciones ante supuestos desastres naturales.
    A esos cuestionables motivos les han agregado las sospechas de narcotráfico como de células del terrorismo internacional, cuando muchos sabemos perfectamente que quienes diseminan esas sospechas son los responsables por el aumento en el tráfico y consumo de estupefacientes como de los ya conocidos atentados de falsa bandera.

    Tenemos un peligro bien latente por delante, respecto de esos atentados de falsa bandera como lo han sido muchos en todo el globo, con un solo sospechoso real: el nazi-sionismo imperial.
    Las posibilidades de intervencionismo en la Región son muy altas, fundamentalmente teniendo en cuenta eventos que se realizarán y que convocarán a muy altas personalidades de la política global. Concretamente nos referimos al evento del G20 que tendrá lugar en Argentina.
    Con la excusa de no contar Argentina con recursos tanto profesionales como materiales para garantizar el “normal desarrollo del evento” y la vida de cada mandatario, habrán de desplegarse uniformados (y no uniformados) de fuerzas, agencias foráneas.
    No extrañaría que previo al evento, durante el mismo o inmediatamente después, ocurra un atentado de falsa bandera con el que justificar otra instancia de intervencionismo.

    Repasemos un poco lo que intentamos expresar.
    Sabemos, saben que no cuentan con mucho tiempo para lograr la destrucción y sumisión de Nuestra Patria. Más allá de las supuestas intenciones de prolongar mandatos.
    Sabemos que tanta destrucción, como el profundo y criminal endeudamiento vinculado a la entrega de territorio, van de la mano con la intromisión foránea de fuerzas y agencias.
    Sabemos de la corrupción que ya es imposible disimular.
    Sabemos que atentados de falsa bandera pueden sucederse en adelante para justificar todo intervencionismo que les sea posible.
    Sabemos que vienen por nuestros recursos, nuestras riquezas, nuestros bienes. Agua, minerales, hidrocarburos y mano de obra barata, esclava, son sus metas, sus objetivos.

    Y también sabemos, al menos somos testigos, de un lerdo andar de las clases supuestamente dirigentes. Ello nos complica aún más el panorama.
    ¿Porqué? Porque desmovilizan.

    Entonces, ¿qué tenemos por delante? Más allá de un panorama desesperante y desesperanzador, como siempre, aunque muchos se han encargado de invalidarlo, tenemos el presente y futuro en nuestras manos.
    Nosotros, nosotras, tenemos la posibilidad de transformar tanto realidad como los tiempos por venir.
    Sin lucha no hay victoria, sin resistencia con contraataque no hay freno a la enajenación de nuestra Patria y nuestros sueños.
    El Subcomandante Marcos expresaba alguna vez “el único camino es luchar y juntarse con otros”

    No solamente con memoria y reclamo de juicio y castigo es que habremos de recomponer nuestras laceradas independencia y libertad. Militancia concreta en las calles, en las plazas reclamando nuestros derechos y luchando por nuestra dignidad es la urgencia del momento.
    Militancia decidida y destrucción completa del aparato desinformador y genocida deben ser metas a concretar en el corto plazo. También una recomposición total del sistema judicial, tan mercantilizado y traidor del interés nacional.

    Debemos recuperar el control de nuestros destinos, y no sólo en palabras, en frases, en slogans que peguen, o en cantitos que nos arranquen alguna sonrisa. Debemos recuperar el control de nuestros destinos de manera concreta y definitiva, haciendo frente a la opresión y la destrucción.

    A nosotros tampoco nos queda mucho tiempo, debemos tomar consciencia de que nos urgen medidas y acciones para frenar tanta destrucción y barbarie institucionalizada.
    Y para ello debemos asumir, en cada lugar, en cada trinchera, nuestra responsabilidad y compromiso con nuestra existencia, con nuestra descendencia, con nuestro futuro y también con nuestro pasado, aquél de lucha por los mismos motivos que nos convocan hoy.
    Tenemos un pasado, una historia plagada de heroísmos a la cuál debemos honrar con nuestras acciones, con nuestros compromisos.

    Y sí, dale con lo mismo, porque hasta que no tomemos consciencia y actuemos en consecuencia, seguiremos insistiendo para que despertemos de este lamentable y criminal letargo que nos sumerge en la desmemoria, en la apatía y en la ignominia.

    Sí, vamos a seguir insistiendo hasta que seamos realmente dignos de la mirada de los auténticos padres de la patria que con sus luchas y enseñanzas marcaron los destinos a los que debemos llevar a nuestra Nación.

    Que así sea.

    NORBERTO GANCI –DIRECTOR-El Club de la Pluma
    elclubdelapluma@gmail.com –elclubdelapluma@hotmail.com
    http://elclubdelapluma.bligoo.com.ar

    DOMINGOS DE 10 A 13 HS
    POR FM 103.9 RADIO INÉDITA
    http://www.radioinedita.com.ar

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CHILE Y BOLIVIA, POCAS RAZONES PARA EL OPTIMISMO

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