Una fuerte actividad en el Congreso chileno depara la semana que comienza, con la entrega en las próximas horas por el gobierno de un controvertido proyecto de modernización laboral, que se suma a otros que mantienen enfrentados a la oposición y el ejecutivo.
El denominado proyecto de Ley de Modernización Laboral y Flexibilidad iba a ser entregado a trámite en la Cámara de diputados, pero a última hora el ministro de Trabajo, Nicolás Monckeberg, anunció que sería presentado por el Senado, lo que fue considerado en los pasillos del Congreso como una improvisación.
La iniciativa fue hecha pública por el presidente Sebastián Piñera el 2 de mayo con una serie de propuestas entre las cuales el gancho publicitario es la posibilidad de que la jornada laboral pueda reducirse a cuatro días a la semana.
Ello sería posible mediante acuerdo entre empleados y empleador, aunque no implicaría una reducción de las horas de trabajo, sino una redistribución del tiempo de manera tal que habría que trabajar 12 horas diarias para poder disfrutar de un día más de asueto.
Pero no es la único que plantea la modernización laboral, y a medida que sindicatos y especialistas la han ido analizando en detalle han aumentan las críticas y suspicacias acerca de su real significación.
Al respecto, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) consideró que tal disposición resulta engañosa porque «no entrega un minuto más de descanso» y no libera la jornada laboral para que las familias dispongan de más tiempo, como reza la propaganda del gobierno, sino que solo ajusta las jornadas, con el consiguiente agotamiento de las extenuantes jornadas de 12 horas.
La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, advirtió también que se plantea un incremento de los días de vacaciones pero como compensación por la realización de horas extra, con lo cual tampoco se están ganando más días de descanso realmente.
Recordó que una de las promesas de campaña de Sebastián Piñera fue aumentar de 15 a 20 los días de vacaciones anuales, pero en ningún momento dijo que eso sería a costa de horas extra.
Asimismo el proyecto de modernización laboral fue considerado poco factible por la diputada comunista Camila Vallejo, pues en la práctica habría que ajustar a todos los trabajadores de acuerdo con las propuestas de cada uno».
La Fundación Instituto de Estudios Laborales va más allá y alerta que la iniciativa del gobierno elimina prácticamente todas las regulaciones actuales sobre trabajo y descanso, generando un sistema absolutamente descontrolado y con amplias opciones de usar y abusar de la disposición de los trabajadores por los empleadores.
Porque el texto también pretende reemplazar las vacaciones familiares por trabajo a distancia, permitir el pacto individual de jornadas excepcionales sin revisión y control de la dirección del trabajo, modificar las reglas de los descansos dominicales en los trabajos continuos y el comercio y eliminar del concepto de jornada los tiempos de preparación para trabajar.
El presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, el demócrata cristiano Raúl Soto, dijo que las medidas anunciadas no tienden a mejorar la calidad de vida, sino que son una flexibilización laboral extrema que no protegen adecuadamente los derechos y las condiciones laborales que hoy día se requieren».
Por su parte, la presidenta de la Comisión de Trabajo del Senado, Adriana Muñoz, dijo que «Nos siguen vendiendo la ilusión de que es posible a los trabajadores lograr buenas condiciones de adaptabilidad o de flexibilidad, en una relación asimétrica entre el poder del empleador y las condiciones de necesidad que tiene una persona de acceder a un empleo».
Santiago de Chile, 6 de mayo 2019
Crónica Digital /PL