Mientras, el vicepresidente del Banco Mundial para la región de América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo, señaló que la llegada de la pandemia tomó ‘mal parada’ a la zona, que ya experimentaba graves desigualdades y débil crecimiento económico.
Abogó por que el área sea proactiva en la adopción de medidas dirigidas a recuperarse de la crisis global y aprovechar las tres grandes revoluciones que se están produciendo: la digital, la verde y la nueva ola de innovación tecnológica.
Por su parte, el secretario ejecutivo adjunto de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe, Mario Cimoli, se sumó a las voces que denuncian en el Foro el acaparamiento por parte de los países más ricos de las vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19.
Ejemplificó con datos: de una producción mundial de 6,5 billones de dosis de vacunas, Latinoamérica tiene por contrato sólo un 11 por ciento y África apenas un cuatro por ciento, por lo que instó a lograr una mayor integración de la región para salir de esta crisis.
En tanto, la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, reclamó un nuevo pacto social en Latinoamérica para reforzar los servicios básicos, reducir las crecientes desigualdades y poder afrontar la recuperación con una gestión adecuada.
Según el reciente Informe Económico Mundial: Situación y perspectivas de la Organización de las Naciones Unidas, el devastador impacto socioeconómico de la pandemia se dejará sentir en los próximos años, a menos que se adopten medidas inteligentes que garanticen la recuperación global.
América Latina —añade el texto— se enfrenta a una década perdida en términos de crecimiento económico y desarrollo.
El informe proyecta una recuperación en la región del 3,8 por ciento este año y 2,6 en 2022, aunque los cálculos están plagados de incertidumbres sobre la evolución de la pandemia, el lanzamiento de vacunas y el impacto de las medidas de política económica.
Ginebra, 29 de enero 2021
Crónica Digital/PL