Abortemos el racismo: organizaciones feministas convocan a marchar este 25 de julio

Crónica Digital 24 julio, 2019

Todos los 25 de julio la “Marcha por un Aborto Libre, Seguro y Gratuito” coincide con el “Día Internacional de la Mujer Negra Latinoamericana y Caribeña”, lo que según las mismas dirigentas que convocan a marchar termina “invisibilizando” tan importante fecha para todas las mujeres afrodescendientes en Chile.

Pero lo anterior dejará de suceder, porque bajo la consigna “el aborto libre será antirracista o no será”, y un trabajo mancumunado entre distintas organizaciones, la Coordinadora Feministas en Lucha hizo un llamado a salir a las calles para seguir luchando por la libertad de las mujeres y otros cuerpos gestantes a decidir sobre su cuerpo, relevando la importancia de reconocer la lucha antirracista unida a la del aborto libre, la que se debe manifestar contra las políticas racistas, xenófobas y misóginas del Estado Chileno.

Según palabras de Verónica Ávila, vocera de la Coordinadora, desde hace un tiempo se viene trabajando con distintas agrupaciones afrodescendientes, “logrando un trabajo articulado, donde ellas son parte de la Coordinadora, desde las luchas que ellas levantan; y así como nosotras nos hacemos parte de su lucha, ellas se hacen parte de la lucha por un aborto libre, seguro y gratuito, porque reconocemos que no es lo mismo abortar siendo una mujer afrodescendiente”.

Este trabajo conjunto lo destaca Mercedes Argudín, activista pro feminista, ya que “en el contexto de supremacía blanca esta unión es fundamental, porque permite visibilizar las demandas de las mujeres negras que han sido censuradas por mucho tiempo, ya que sabemos que este es un país donde todo lo indígena y negro es censurado y reprimido. Por eso es muy importante, porque es primera vez que en Santiago convocamos como feministas blancas, feministas negras y migrantes”.

Finalmente, Paola Palacios, vocera de Negrocéntricas, hizo un llamado a las mujeres migrantes: “Que sepan que estamos en bloque, que estamos juntas y que nos vamos a proteger en la marcha, porque sabemos que muchas no salen a marchar por el temor, porque sabemos además que Carabineros de Chile es una institución muy racista, muy xenófoba, pero que salgan sin miedo porque nos protegeremos juntas”.

La marcha es este jueves 25 de julio y en Santiago comienza a las 18 horas desde Plaza Italia.

A la fecha ya van más de quince puntos de encuentro a lo largo de todo el país.

Santiago de Chile, 24 de julio 2019
Crónica Digital

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Por Leonardo Boff: El sacerdocio católico y las mujeres

Mié Jul 24 , 2019

La dimensión de lo femenino no es exclusiva de las mujeres, pues tanto los hombres como las mujeres somos portadores, cada cual en su propio estilo, de lo masculino y de lo femenino. Tomás de Aquino en la Suma Teológica, ya en su primera cuestión, al abordar el objeto de la teología, dejaba claro que puede abordar cualquier tema, siempre que lo haga a la luz de Dios. En caso contrario perdería su pertinencia. Por lo tanto, en esta perspectiva, cabe preguntarse acerca del sacerdocio de las mujeres, realidad que les fue negada en la Iglesia romano-católica. Y considerar las buenas razones teológicas que garantizan su conveniencia. El llamado “depósito de la fe”, es decir, la positividad cristiana, no es una cisterna de aguas muertas. Ella se reaviva confrontándose con los cambios irrefrenables de la historia, como en el caso suscitado por el Sínodo de la Amazonia. Así, en todo el mundo se verifica cada vez más la reafirmación de la paridad de la mujer, en dignidad y derechos, con el varón. Comprensiblemente, no es fácil desmontar siglos de patriarcalismo, que implica disminuir y marginar a la mujer. Pero lenta y consecuentemente, las discriminaciones van siendo superadas y, en ciertos casos, hasta castigadas. En la práctica, todos los espacios públicos y las más diversas funciones están abiertas a las mujeres. ¿Vale esto también para el sacerdocio de las mujeres dentro de la Iglesia romano-católica? En las Iglesias evangélicas, en la anglicana y también en el rabinato, las mujeres han sido admitidas en la función antes reservada sólo a los varones. Hasta fecha reciente la Iglesia romano-católica, en los estratos de la más alta oficialidad, se negaba a plantear la cuestión, especialmente con Juan Pablo II. Quedó rehén de la secular cultura patriarcal, pero no puede convertirse en un bastión de conservadurismo y anti-feminismo en un mundo que avanza hacia la riqueza de la relación hombre y mujer. El Papa Francisco tiene el mérito de plantear las cuestiones pertinentes del mundo de hoy, como la cuestión de la moral matrimonial o el tratamiento a dar a los homoafectivos y a otras minorías. Como afirmaba aún en el siglo pasado una feminista, A. van Eyde: “El bien del hombre y de la mujer son interdependientes. Ambos quedarán lesionados si, en una comunidad, uno de ellos no puede contribuir con toda la medida de sus posibilidades. La Iglesia misma quedaría herida en su cuerpo orgánico si no diese cabida a la mujer dentro de sus instituciones eclesiales” (Die Frau im Kirchenamt, 1967: 360). La minuciosa investigación de teólogos y teólogas del más alto nivel ha demostrado que no hay ninguna barrera doctrinal ni dogmática que impida el acceso de las mujeres al sacerdocio. En primer lugar, hay que recordar que hay un solo sacerdocio en la Iglesia, el de Cristo. Los que vienen bajo el nombre de “sacerdote”, son sólo figuras y representantes del único sacerdocio de Cristo. Su función no puede ser reducida, como sostiene la argumentación oficial, al poder de consagrar. […]