Tal proporción está empeorando cada año debido a lo que los expertos en salud refieren como ‘la ola gris’, alertó la publicación, al mencionar un término que alude al envejecimiento poblacional.
Como promedio, los médicos rurales son tres años mayores que los urbanos, en tanto la mitad de los doctores que laboran en esas áreas tienen más de 50 años, y más de un cuarto superan los 60 años de edad.
Los funcionarios de salud predicen que el número de médicos rurales disminuirá en un 23 por ciento durante la próxima década, mientras que la cifra de galenos urbanos debe permanecer sin variación.
Solo en Texas, 159 de los 254 condados del estado no tienen cirujanos generales, 121 carecen de especialistas médicos y 35 no cuentan con doctores en absoluto, alertó el Post.
Asimismo, 30 condados de ese territorio se ven obligados a depender de un solo galeno como Ed Garner, un médico de familia de 68 años que, por necesidad, se ha convertido en director médico del condado de Culberson.
Debido a la falta de profesionales de la salud, también es el médico jefe de un centro de detención de inmigrantes, director de una clínica, jefe de personal del Hospital Culberson, y director médico de la sala de emergencias de esa institución ubicada en Van Horn, un pueblo de mil 700 habitantes.
En el desierto médico que se ha convertido el Estados Unidos rural, nada es más básico o más esencial que el acceso a un doctor, pero son cada vez más difíciles de encontrar, apuntó el periódico al contar la historia de este especialista.
Según narró el Post, al realizar su ronda matutina en el hospital y la clínica adyacente el doctor puede encontrar un conductor con dolor en el hombro, un hombre de 91 años con mareos, un adolescente necesitado de la firma de un examen físico, y un inmigrante irregular con deshidratación y náuseas llevado por un agente de la Patrulla Fronteriza.
La mayoría de los días, Garner atiende a unos 20 pacientes con la ayuda del personal de enfermería y dos asistentes, y por la noche permanece de guardia en una localidad donde la población se duplica debido a los viajeros que pernoctan en los moteles de la carretera.
En la casa donde vive solo, pues su familia reside en otro lugar del estado, Garner revisa su teléfono a menudo en el horario nocturno para comprobar que no perdió ninguna llamada con la alerta de cualquier emergencia médica en el área de 11 mil millas cuadradas (28 mil kilómetros cuadrados) donde él es el único galeno.
Washington, 29 septiembre 2019
Crónica Digital /PL