‘La tragedia humanitaria que ha conducido a este devastador incendio es la consecuencia de años de una respuesta equivocada de la Unión Europea (UE) y sus estados miembros a la llegada de personas que huyen del conflicto y la persecución’, sostuvo la coordinadora de Oxfam, Evelien van Roemburg.
De su lado, la especialista de MSF Aurelie Ponthieu fustigó ‘el sufrimiento y la violencia provocados por las políticas migratorias europeas y griegas’, que consideró ‘los verdaderos culpables del incendio’.
Aunque el campamento de Moria tenía capacidad para dos mil 500 ocupantes, acogía en realidad a alrededor de 12 mil 700 y por esa razón prevalecían el hacinamiento, la precariedad y las malas condiciones de higiene.
Ahora la situación empeora para los migrantes que quedaron sin un techo donde guarecerse en las noches, mientras el gobierno heleno admitió carecer de una solución rápida para dar abrigo a tantas personas.
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Por el momento solo se consiguió transportar hacia territorio continental a 400 menores no acompañados en una operación coordinada por la Organización Internacional para las Migraciones y la Comisión Europea, en tanto las autoridades griegas prometieron trasladar a los grupos más vulnerables a barcos o repartirles carpas.
Otro agravante en el panorama es la aparición en los últimos días de 35 casos positivos a la Covid-19 en Moria, y el temor de que la agitación de las personas durante el incendio haya contribuido a esparcir el virus.
Al respecto, la experta de MSF demandó ‘¿cómo pueden las autoridades mantener confinadas en condiciones inhumanas a 12 mil personas y decirles, al mismo tiempo, que deben respetar el distanciamiento físico mientras tienen que hacer cola, incluso, para recibir un poco de comida todos los días?’.
Según el gobierno griego, las condiciones están creadas para hacer a gran escala las pruebas de diagnóstico del coronavirus SARS-CoV-2, para lo cual fueron enviados a Lesbos 19 mil tests.
Más allá del conflicto coyuntural generado por el siniestro y la destrucción del campamento, las organizaciones humanitarias y entidades internacionales abogaron por una revisión de la política europea ante una crisis migratoria iniciada en 2014 y que se mantiene como uno de los conflictos más agudos en la región.
El responsable del Consejo Griego para los Refugiados, Spyros-Vlad Oikonomou, manifestó su esperanza de que ‘esta tragedia totalmente evitable’ al menos desencadene un cambio radical en la respuesta de la UE y de Grecia en materia migratoria.
De su lado, la Unicef señalo en un comunicado que lo ocurrido ‘sirve como recordatorio de la necesidad urgente de un pacto en el seno de la UE sobre migraciones, un pacto humano y sensible con la infancia, que respete el derecho de los niños a protección y servicios adecuados en toda Europa’.
Atenas, 11 de septiembre 2020
Crónica Digital/PL