El monopolio mediático empresarial El Mercurio ha embestido, una vez más, contra la prensa libre, contra la libertad de expresión y de información, la libertad de opinión, contra el pluralismo en los medios de comunicación, en definitiva, contra la democracia.
Mediante una acción judicial pretende despojar a nuestro colectivo de periodistas de la marca de nuestro medio -Crónica Digital-, con el argumento falaz de que ambos términos por separado sería de “su propiedad”, y que el uso de ellos por nosotros- que por lo demás lleva diez años en la red- podría inducir a confusiones en lo que definen como “público consumidor”.
El señor Agustín Edwards- cuyo nombre es de sobra conocido en el ámbito de los medios de comunicación empresariales y en la reciente historia antidemocrática y golpista del país- ha instruido a sus abogados, presentar un recurso de oposición a la inscripción ante las autoridades pertinentes, hecha por nuestro representante legal, Iván Antonio Gutiérrez Lozano, y publicada en el diario Oficial el 10 de julio de 2015.
Se trata de un deliberado ataque a derechos consustanciales a la democracia, que tanto sacrificio costó recuperar en Chile, tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que justamente contribuyó a instalar y mantener la empresa de El Mercurio, además de constituir un ataque deliberado y alevoso contra el derecho de los chilenos a una información veraz, plural, alternativa al mensaje monocorde del duopolio mediático imperante.
El objetivo de Edwards y Compañía es impedir cualquier voz que se diferencie de su monopolio, pero sobre todo de la orientación de sus mensajes, y de los objetivos políticos de su orientación ideológica e instalar un totalitarismo abrumador en la oferta informativa a los ciudadanos.
No es solo contra cronicadigital.cl -nuestro modesto pero inclaudicable medio de comunicación, sino contra cualquier medio que se distinga de los contenidos que busca instalar El Mercurio como únicos en la agenda política del país.
Se trata de una estrategia que apunta a copar todo el espacio informativo sin dejar espacio a voces que disientan, pero sobre todo denuncien o develen a los representados por la cadena de El Mercurio, cuya magnitud presumen con descaro en el mismo documento con el que pretenden robarnos nuestra identidad.
Ello resulta además sintomático cuando la derecha chilena, azuzada desde las páginas de El Mercurio, pasa a la ofensiva para detener el proceso de reformas políticas y sociales y frustrar las demandas ciudadanas.
La situación también constata la debilidad del ordenamiento jurídico actual para la defensa de los derechos de información, de expresión, que en definitiva son derechos ciudadanos, derechos humanos, por lo que el llamado a su defensa lo hacemos a las autoridades de Gobierno, al Congreso Nacional, al Colegio de Periodistas, a los trabajadores de la cultura y las comunicaciones, a los trabajadores y sus organizaciones sindicales, a los intelectuales, a los artistas de las diversas ramas de la creación, a los medios digitales directamente amenazados.
No podemos dejar que El Mercurio- cuyo propietario fue expulsado del Colegio de Periodistas de Chile por conductas reñidas con la ética profesional- se salga con la suya y convierta al país en un espacio uniforme, subordinado a una estrategia de desinformación comunicacional.
Lo que está en juego no es solo un proyecto comunicaci0nal particular, sino aspectos esenciales del carácter democrático del país que queremos.
Por Marcel Garcés Muñoz
Director
Diario Electrónico Crónica Digital.
Santiago de Chile, 3 de septiembre 2015
Crónica Digital
Yo no sé como carajos Agustin sigue libre después del rol que tuvo en el golpe de estado y luego dictadura.