Resulta encomiable, y hasta un signo de solidaridad legitimo, el que entidades privadas, algunas de nombre reconocido y otras que surgen espontáneamente  en medio de la coyuntura trágica para colaborar con el salvataje de victimas y en la lucha contra el fuego. Pero lo que no es aceptable y merece el repudio ciudadano es la utilización polìtiquera y miserable de la tragedia en busca de dividendos electorales, como la campaña desatada por el candidato presidencial de la Derecha, Sebastián Piñera, atacando y ofendiendo a la Presidenta Michelle Bachelet, al gobierno y a las instituciones que han estado a la cabeza del esfuerzo nacional contra los incendios, y que incluso han pagado ya con mártires su dedicación y sacrificio. Con una clara – y aviesa- intención de  establecer una especie de acción paralela y un instrumento paralelo de ayuda a los damnificados, (¿un gobierno paralelo, como el que anuncio en 2014?)y en confrontación a los canales oficiales del Gobierno propuso a través de su cuenta de twitter la creación de una entidad denominada por sus asesores publicitarios, “Alcaldes Unidos frente a la Emergencia”, El texto de su mensaje, y el sentido de su acción política electoral, es claro:”Alcaldes Unidos frente a la Emergencia” irá en ayuda por los incendios a regiones del Libertador y Maule. Chile necesita solidaridad por eso he llamado a alcaldes para que nos coordinemos con ayuda a zonas afectadas”.   La voz de orden, dada por Piñera fue seguida de manera coordinada por sus voceros, sus ex ministros y ex altos funcionarios, los políticos de la Derecha, algunas autoridades locales, que alimentando la desconfianza en los esfuerzos del gobierno, y en su capacidad de gestión  han buscado generar una sensación de desamparo, aprovechándose de la desesperación de las personas afectadas. La verdad es que ningún interés subalterno justifica el aprovechamiento del dolor de la gente, la fragilidad emocional de quienes en la práctica han perdido todo. Como lo enfatizo la presidenta Bachelet, es la hora de la unidad nacional, de la solidaridad, del apoyo mutuo, y no-de ninguna manera- la de los cálculos subalternos y del socavar la seguridad, la confianza pública. Esto es sabotaje. Y esto es además, la respuesta noble que se ha demostrado con la movilización de miles de voluntarios, jóvenes, trabajadores, vecinos, que han concurrido a combatir el fuego, a apoyar a sus compatriotas en desgracia, a ponerse de pie, y “sin bajar los brazos”, como señaló Bachelet. Dijo la presidenta:”Nada afecta más nuestra capacidad para proteger la vida de nuestros ciudadanos que el intento de sacar pequeñas ventajas políticas o sembrar falsedades”. Esto porque el otro componente de esta operación de la guerra sucia de la derecha contra el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, es la propaganda negra, en lo cual la Derecha ha demostrado históricamente tener expertos, es la siembra de mentiras, a través de declaraciones irresponsables, afirmaciones sin fundamento, acusaciones a la bandada y que hace la caja de resonancia, o se retroalimentan con las palabras agresivas  de personeros  […]

Con Donald Trump en la Casa Blanca no podemos caer en el pecado de ser ingenuos. Sus palabras inaugurales revelan objetivos estratégicos a escala global y propósitos que marcan una política exterior más allá de una mera reafirmación del rol hegemónico imperial tradicional, sino que avanzan en el desconocimiento de acuerdos hasta ahora alcanzados y ratificados en el Derecho Internacional y entran en contradicción con el orden económico y político institucional, la paz y la seguridad internacional alcanzados  a un difícil precio de compromisos, avances y retrocesos. Ya no se trata de argumentos elementales para conquistar votos, sino de los anuncios que marcarán su accionar al mando de la potencia imperial, de sus objetivos, de su manera de ver su país y al mundo y la “misión providencial” que estima aprobada por su Dios. En los breves 16 minutos de su mensaje a los estadounidenses entregó una visión plañidera y apocalíptica de las “debilidades”, indefensión, vulnerabilidades, de la decadencia de Estados Unidos, consecuencia, según su discurso, de las elites radicadas en Washington, de los políticos y poderes económicos, todo lo cual, enfatizó, cambiará drásticamente, “con la ayuda de Dios”, naturalmente. La utilización del “ellos” y del “nosotros” fue el mecanismo para la caricatura simplificadora, donde “ellos” son los poderes del “establishment” y el “nosotros” ( Trump, uno de los magnates mas adinerados entre estos), son los trabajadores cesantes, la clase media empobrecida, las victimas del narcotráfico, las personas objeto de la violencia callejera, las empresas quebradas. El parecido al discurso de Adolf Hitler, al proclamar como su objetivo el renacimiento de Alemania, tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, y la denuncia de la política de las Grandes Potencias ( el Tratado de Versalles -28 junio 1919-, en particular que fue su caballo de batalla argumental) que habría estado destinada a hundirla en el desastre económico, e impedir su “grandeza”, no parece una mera coincidencia, al  mismo tiempo que constituya una elocuente advertencia para el mundo. Hitler las elecciones  en los años 30 del siglo recién pasado, encabezando un movimiento, el nacional socialismo, proclamando su confrontación a los capitalistas y oligarquías germanas y los judíos, cómplices de la derrota alemana de la época. Palabras más, palabras menos, incluso los identifica la procacidad y un histrionismo de caricatura, el recurrir a una lógica primitiva, a la apelación a los sentimientos básicos de la inseguridad, del revanchismo, al afán de venganza contra grupos indeterminados, con una demagogia eficaz y vociferante. Conviene ( se trata de una advertencia!) ver la historia y aprender el cómo desde la tribuna electoral se construyó un monstruo que precipitó al mundo en la Segunda Guerra Mundial, con sus horrores y barbarie. “Hagamos que Estados Unidos sea un país grande otra vez” (“Make America Great again”), es la consigna de batalla del nuevo gobierno instalado en Washington. Trump dijo en el discurso inaugural de su gobierno, “durante demasiadas décadas hemos enriquecido a la industria extranjera a costa de la industria estadounidense, hemos subsidiado los ejércitos de otros […]

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Los convocados a la formación de un llamado Frente Amplio deben definirse si quieren ser una alternativa, que refleje fuerzas reales existentes en al abanico político social de Chile, una versión nacional de los “indignados” de España, los desencantados de Uruguay,  Grecia, y otras latitudes del mundo, o servir meramente de una trinchera de confrontación, a la izquierda de la Nueva Mayoría, desde un ámbito de “más a la izquierda”. No es primera vez que en el campo político chileno y en la historia, surgen liderazgos o fuerzas, o una suma de siglas y/o grupos, de origen variopinto, cuya objetivo conjunto o identificatorio es contraponerse a la izquierda, disputarle con un discurso inflamado, su presencia, aunque sea de manera mediática, en los sectores populares y progresistas. En la situación actual eso se traduce en un discurso agresivo y agraviante contra la Nueva Mayoría y el gobierno, pero con un acento odioso y virulento en el ataque las fuerzas de la izquierda, particularmente al Partido Comunista. Para algunos estos serían fenómenos derivados del malestar ciudadano con los políticos, con demandas insatisfechas y escasas perspectivas de respuestas en el marco de la institucionalidad, y, en definitiva, el desencanto y desconfianza en la democracia. El ambiente de critica a los males que evidencia el sistema político nacional, el rechazo ciudadano a los vicios de la corrupción, la falta de perspectivas inmediatas para el cambio, la carencia de caminos, estrategias e instrumentos para obtener el respeto a los derechos y respuestas a las demandas sociales, serían el escenario donde nacen y se desarrollan proyectos políticos y sociales, fuera de los cauces orgánicos habituales o existentes históricamente en escenario nacional. Es evidente que muchos estiman que el presente entramado de partidos, poderes y autoridades, el juego de las alianzas y compromisos democráticos, los marcos de los programas políticos existentes mas bien constituye una camisa de fuerzas al futuro que imaginan y proponen. Y se proponen, basta leer sus arengas y consignas, y ello está en los principios de sus objetivos doctrinales y su estrategia, confrontarse  con la “izquierda tradicional” (algo así como “los viejos”, en una repetición de la lucha generacional) separar aguas, ser una alternativa, de ninguna manera una suma de fuerzas para objetivos comunes de reforma. Las acusaciones de  “reformismo”, de “traición a los principios”, de “entreguismo”, no escasean en su lenguaje. Sería la hora de saltarse las barreras, los límites de la legalidad o los “buenos modales”, rebelarse contras la normas, demoler los cimientos de las estructuras burguesas, ir más allá de lo meramente posible, avanzar sin transar, enarbolar la  pancarta atractiva pero ingenua del “seamos realistas pidamos lo imposible”, o mejor, que “se vayan todos” o la anárquica y suicida ”tanto peor, tanto mejor” y otras publicitadas arengas del sinsentido político. Lo cierto es que no falta razón para estar insatisfechos y molestos. Y de pedirles cuenta a los políticos, a las elites sociales, empresariales y hasta espirituales del país, de las cuales muchos de rebeldes vociferantes provienen, responsables del actual […]

Las fuerzas del  progreso,  de la democracia, de la justicia social  enfrentan  este nuevo año complejas decisiones políticas, sociales, y electorales. Se  trata de  desafíos en los que se expresan demandas insatisfechas de amplios  sectores del  país, una molestia generalizada por la conducta de los políticos, de las instituciones representativas- llámense organizaciones sindicales y sociales,  entes del Estado, el Poder Legislativo,  Poder Judicial No se escapan a este enjuiciamiento negativo, entidades como las Fuerzas Armadas, las Iglesias, los medios de comunicación, las Universidades, los organismos culturales. Se diría que los liderazgos  de toda índole  y la autoridad de las instituciones   han sido puestos en entredicho. Socavan la  credibilidad y erosionan la confianza, y por cierto el respeto y adhesión hacia las cúpulas  enfermedades sociales y  morales como la corrupción, el lucro desembozado,  la colusión, el abuso contra los consumidores, el incestuoso maridaje de empresarios y políticos. Y hay que decirlo,  no se advierten  signos,  de que los partidos asuman sus responsabilidades en este escenario detestable.  Mas bien,  sobre todo en la Derecha, pero no solo, se busca embolinar la perdiz,  poner en marcha  operaciones de desinformación  y guerra sicológica para enmascarar, hacer los maquillajes, para limpiar la mugre que embadurna  el frontis. Pero  al tratar de hacer las reparaciones  en la Nueva Mayoría,  se evidencian  ciertos males  congénitos, como  los afanes electorales,  los apetitos de poder,  los sectarismos,  pretensiones mesiánicas  y desconfianzas mutuas,  de las descalificaciones y de las tentaciones  hegemónicas,  que  siguen  nublando  los criterios y empañando  la visión  y las necesidades  estratégicas y tácticas. Un último ejemplo de este sinsentido fue la “original” propuesta de  Gutemberg Martínez, un prohombre de la derecha democratacristiana, que “inventó “  una  fórmula mágica para  seguir chantajeando   desde dentro  a la actual coalición de gobierno:   dar por  fenecida a la Nueva Mayoría  y reemplazarla  por  una “coalición”  con integrantes de primera y de segunda categoría. Es decir con “gente como uno”, es decir de “centro derecha”·dirigiendo, delineando las estrategias,  liderando los aspectos programáticos y políticos, y “aceptando “ que otros sean el  vagón de cola, que obedezcan al programa político de los líderes, que solo aporten sus votos y un apoyo incondicional, pero no intervengan con sus molestas opiniones de “izquierda”  y mucho menos abriendo paso a las demandas sociales. Una especia de aristocracia política piramidal, en cuya cumbre estaría la derecha DC, con sus primos de la Derecha “renovada” pero sin la molesta presencia de la izquierda socialista, comunista, o los brotes de una  fuerza renovadora  que se está formulando en los límites de izquierda  del  escenario político nacional: los autónomos, los ciudadanos, los regionalistas, los independientes medioambientalistas,  los indignados. El “Gute”, que oficia de catedrático universitario conoce bien la historia, y ha lanzado al escenario político nacional, una versión 2.0 del Despotismo  Ilustrado: “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Algo que está muy en la lógica de los “príncipes” y de “los guatones” de la DC. Solo que se trata de un proyecto imposible de aceptar por la sociedad […]

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En medio de le euforia (inexplicable, por lo demás) por su triunfo como presidenta de la derechista Unión Demócrata Independiente, UDI, la  senadora Jacqueline van Rysselberghe, se ha sacado la careta de “linda” y ha mostrado el feo y tenebroso rostro real de la derecha pinochetista y violenta. Y ha notificado al país que “no creemos en la igualdad”, que “¡no estamos de acuerdo con la igualdad!””, y previendo el efecto negativo de esa afirmación, agregó, en entrevista de “El Mercurio”. que “el silencio y los falsos consensos que nos han ido corriendo hacia la izquierda provienen de lqa comodidad , e incluso de la cobardía”. Y para reafirmar este perfil de “mujer de hierro”, “competitiva”, “guerrera” que busca proyectar (porque es del Bío Bío (¿) sostuvo), agregó que “la izquierda siempre ha sido peligrosa”, que “ellos fueron capaces de destruir La  democracia”, y anunció que “va a hablar claro, y que “está dispuesta a pagar los costos de lo que significa ser presidenta de la UDI”. La presidenta del partido creado en 1988 por Pinochet y Jaime Guzmán, enfatizó en su lenguaje agresivo, que “no pretendo que la UDI busque popularidad, sino que busque respeto”, subrayando que mantendrá la Declaración de Principios del partido, particularmente en lo que respecta a la dictadura y sus crímenes. El documento, refrendado en marzo de este año establece que la UDI “destaca el patriotismo y espíritu de servicio de las Fuerzas Armadas y de orden de Chile, cuyo origen y gloriosas tradiciones se identifican con el surgimiento y defensa de la chilenidad a través de toda la historia del país, incluida su acción libertadora del once de septiembre de mil novecientos setenta y tres, que salvó al país de la inminente amenaza de un totalitarismo irreversible y de la dominación extranjera, culminando así una valiente resistencia civil y recogiendo un clamor popular abrumadoramente mayoritario”. Las declaraciones de Jacqueline van Rysselberghe es una declaración de guerra de la Derecha contra la ciudadanía, que deja de paso heridos en su propio sector: “Evopoli” ( “está bien que ocupen otros espacios”, dice, o el desprecio por su rival en las elecciones internas , el diputado Jaime Bellolio, que se jugó por una “renovación”, al que desestimó, argumentando que “quien gana en una elección competitiva tiene que asumir la responsabilidad de los éxitos y de de los errores”. Nada de consideraciones democráticas, o de actitudes del tipo “políticamente correcto” concepto que le es ajeno y que desprecia, así como relativiza el hecho objetivo de que en las elecciones “presidenciales” de la UDI hayan participado menos de 7 mil personas, solo un 10 por ciento del padrón electoral que el conglomerado dice tener y que ella haya obtenido un 60 por ciento de los que fueron movilizados para votar. Objetivamente, lo importante es que la Derecha pinochetista  se ha sacado la careta democrática y ha lanzado su grito de guerra y ha escogido la virulencia verbal y los métodos de la guerra sicológica, el ataque alevoso al gobierno […]

No cabe dudas de que la Nueva Mayoría ha padecido en este año 2016 una especie de enfermedad que ha afectado gravemente sus  perspectivas, y lo que es peor, la ha sumido en un estado febril, con un franco deterioro de su salud política, y con un preocupante diagnóstico de “riesgo vital”. Una especie de “enfermedad infantil” parafraseando a un clásico,- el divisionismo, las confrontaciones intestinas, el encono, la suposición de aviesas intenciones, las conspiraciones, acusaciones infundadas, malas palabras- han reemplazado el respeto mutuo, la discusión responsable de las legitimas  diferencias, el intercambio respetuoso de posiciones e intereses, privilegiando el compromiso estratégico por sobre la coyuntura. Con una irresponsabilidad rayana en el delirio han encontrado en el “enemigo interno”, tan propio de la Doctrina de la Seguridad Nacional o del totalitarismo – da lo mismo- el objetivo preferido de la caricatura, de la desnaturalización propia del odio y del fanatismo, olvidando al “enemigo principal”, o francamente, coqueteando con él. Episodios como la rabieta y renuncia del ex ministro del Interior, Jorge  Burgos, el cultivo meticuloso del divisionismo interno de la Nueva Mayoría por parte de lideres de la DC, el “nombramiento“ de “Primer ministro” de Burgos por parte del ex presidente de la DC y ex Canciller, Ignacio Walker,  la exigencia a La Moneda o a sus aliados de “explicaciones” de otros, el “congelamiento” de  relaciones entre el PDC y La Moneda,, las votaciones y los dimes y diretes, entre el PC y sus colegas de la NM, en el proceso de discusión del reajuste de los empleados fiscales (para llegar después a un arreglo a regañadientes), o el rechazo a priori de tal o cual alternativa de candidatura presidencial por parte de una diputada comunista (Ricardo Lagos) hablan mal del estado del enfermo, y no son anécdotas de una comedia de equivocaciones. No pasa de ser un síntoma de esta enfermedad, que para algunos quisieran que fuera “terminal”, la persistente letanía del decretar “fin” de la Nueva Mayoría al término del gobierno de Michelle Bachelet, con lo cual se pone una anticipada lápida al proyecto reformista que obtuvo el mayoritario apoyo ciudadano en 2012, y a la unidad de las fuerzas progresistas del país, en medio de la aclamación de la Derecha empresarial y pinochetista, que busca así, sin mayor esfuerzo, recuperar el poder presidencial: dividir para reinar. Y como advertía un respetable líder histórico de la DC, Radomiro Tomic, sin tener en cuenta de que “cuando se gana con la Derecha es la Derecha la que gana”. Si esto no es complicidad e irresponsabilidad histórica, no se sabría còmo calificarla. Para estos “príncipes”- el grupo que propicia esta política suicida- el año 2017 sería la despedida con estos incómodos  socios de coalición, porque lo reconocen, la alianza forjada bajo la figura de Bachelet, fue una jugada oportunista y circunstancial, un cálculo maquiavélico para tomar aliento, y recuperar posiciones internas dentro de su colectividad. Sin duda hará falta mucha serenidad y habilidad política en la Nueva Mayoría para superar […]

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El Tribunal de Propiedad Industrial (TDPI) confirmó este martes 13 de diciembre el derecho del colectivo del diario Crónica Digital, al uso de su marca, al que se habí­a opuesto judicialmente el empresario Agustín Edwards y Cia. y la empresa El Mercurio. La resolución del TDPI confirmó así­ a la sentencia de primera instancia del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), de fecha 3 de junio del 2016, que rechazó de manera contundente la oposición presentada por Edwards, legitimando el proyecto informativo y editorial que desde hace más de 10 años encabeza en el ciberespacio cronicadigital.cl: el derecho a una información plural, alternativa, independiente y comunitaria. «La confirmación de esa sentencia  confirma el derecho  del colectivo de Crónica Digital, a mantener su esfuerzo informativo, que busca ejercer el derecho a la diversidad informativa en el paí­s por medio de una opción plural, alternativa, popular a la información y a la opinión», señaló el periodista y director de este medio Marcel Garcés Muñoz . Agregó que de «esta forma se busca además romper- en la medida de nuestras modestas capacidades- el monopolio que ejercen  en este ámbito las grandes empresas y poderes económicos y políticos nacionales y extranjeros». Garcés añadió que «esta vocación profesional es también nuestra contribución efectiva  al ejercicio de la libertad de expresión y al derecho a la información de todos los sectores hoy desprovistos en los hechos de una voz propia en el mundo de las comunicaciones». El fallo el Tribunal de Propiedad Industrial (TDPI), confirma en todas sus partes la sentencia del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), que rechazó, en junio pasado, la pretensión de El Mercurio de apropiarse de la marca, Crónica Digital, y su uso comercial. De esta forma, al establecer que reconoce  el registro solicitado, por el colectivo de cronicadigital.cl al que se oponía El Mercurio, confirma ju­dicialmente la legalidad de su proyecto informativo, lo cual fue confirmado por la presente sentencia del Tribunal de Propiedad Industrial (TDPI). El periodista y representante legal del colectivo de Crónica Digital, Iván Gutiérrez, sostuvo que «junto con reconocer y valorar las sentencias reafirma los principios que le dieron origen, como un proyecto comunitario, independiente y transversal, su compromiso con los amplios sectores populares y el mundo de los Derechos Humanos». El siguiente es el texto de la sentencia  del Tribunal de Propiedad Industrial, pronunciado por los ministros Sr. Víctor Hugo Rojas Aguirre, Señora Pamela Fitch Rossel y Sr. Andrés Alvarez Piñones, que nuestro colectivo estima histórico y trascendental en plano profesional como en la defensa del derecho humano esencial de una información pluralista, independiente y democrática. Santiago, trece de diciembre del año dos mil dieciséis. VISTOS: Se reproduce la sentencia de primera instancia notificada con fecha tres de junio del año dos mil dieciséis, que se revisa en alzada, Y, se tiene, además, presente, PRIMERO: Que, en opinión de estos sentenciadores, el signo requerido presenta diferencias gráficas y fonéticas con los signos fundantes de la oposición, por cuanto incorpora  el concepto “ CRÓNICA»  el  segmento  «DIGITAL»  por  lo […]

2016 parece haber sido el año  en que Chile no solo perdió la inocencia, sino que también la paciencia y la confianza en sus líderes y en las instituciones y se comenzó a gestar una molestia colectiva, un enojo social, una indignación y una protesta ciudadana cuyas consecuencias finales aún no se termina de perfilar.  El movimiento social “No más AFP” movilizó a cientos de miles de personas en todo el país, convocados por una “coordinadora”, sin que partidos políticos, la industria ni el gobierno encontraran una estrategia de contención, respuesta, o cauce a las demandas. Ni siquiera cuando recurrieron al “padre” del sistema de apropiación privada del sistema previsional del país, implantado bajo la bota militar y el terrorismo de la dictadura, José Piñera, lograron aplacar la indignación popular, y se vieron obligados (partidos, los empresarios, el gobierno el Poder Legislativo) a reconocer el carácter espúreo, corrupto, estafador, ladrón, usurero, antidemocrático y antipatriota del sistema. Como corolario del proceso en estos días el propio ex Presidente de la Asociación de AFP, Rodrigo Pérez Mackenna,  reconoció a regañadientes y a medias las culpas de la Industria. Pérez ha declarado a El Mercurio, que “las AFP han fallado en informar y en generar cercanía con los afiliados””, lo hecho  en la administración de los fondos de los chilenos, “es completamente insuficiente”,  “los clientes son cautivos del sistema y no hay necesidad de una cercanía con ellos” dice, como si el tema fuera de “la industria” y sus “clientes”, y que hubiera que “fidelizar” a éstos, como en un supermercado o en una venta de automóviles, televisores o un restaurant, y no se tratara en realidad de un problema de justicia social, de derechos humanos y, por otro lado, de apropiación privada de los fondos y de la obtención de ganancias abusivas de los dueños del aparato financiero chileno e internacional. Pero no es solo la capacidad de convocatoria  del movimiento contra la industria de la administración de las pensiones, y sus legítimas demandas de un sistema que de ingresos dignos a los pensionados lo que obligó al Gobierno, a los legisladores y a los propios empresarios a reconocer el tema, la justeza del reclamo y las injusticias  del sistema. Lo que estremeció a Chile fue la irrupción de las masas, la temida y demonizada “calle”, la crisis de representatividad de las estructuras que debieran haber levantado esas banderas antes de la eclosión del dolor colectivo. El surgimiento de nuevos liderazgos y protagonistas del movimiento social, puso en discusión el tema de la democracia participativa, sus mecanismos de ejercicio de poder, el valor de los ciudadanos, la autoridad de los colectivos sociales, de los más profundos derechos ciudadanos, entre ellos el de iniciativa de ley y los plebiscitos y otras formas de consulta ciudadana. La irrupción de fuerzas nuevas en la protesta popular, en la lucha reivindicativa, cuando las personas no ven en los dirigentes tradicionales, ni capacidad de liderazgo, ni sensibilidad ni oportunidad de reconocer las demandas ni efectividad de  no […]

Ha muerto Fidel. Y entra en la leyenda histórica de su país, el continente y el mundo. Cuba, América Latina y el mundo despiden su figura y realzan  la obra política y social que se confunde con su biografía,  su pensamiento de valor estratégico, las convicciones que animaron su acción practica, su compromiso solidario con los pueblos en lucha . Y más allá de un juzgamiento cargado por las convicciones o el enjuiciamiento, que  surge  a la hora de los balances, y en dependencia  del compromiso partidista  o del prejuicio ideológico, o los intereses de la coyuntura, lo que se impone es un análisis objetivo de su rol en la historia, de la influencia que ejerció  en el escenario político y social regional y mundial. De Fidel Castro Ruz, nacido en Cuba, se puede decir que es ciudadano de América Latina donde su acción  política, revolucionaria,  tuvo un escenario  épico. Su nombre, sin  suda, y más allá de la emoción de su partida, quedará inscrito entre los padres fundadores de esta Patria Grande, que inspirara y motivara  a Miranda, Bolívar, San Martín, O’Higgins, los Carrera, Manuel Rodríguez, Artigas de la lucha contra el Colonialismo y por la Independencia, y los que vinieron después, Sandino, Recabarren, Bilbao,  Martí, Pancho Villa, Prestes,  el Ché,  Allende y tantos otros, que  pertenecen, como él,  a la historia de la liberación de nuestros pueblos Generaciones de jóvenes  se inspiraron  en su ejemplo, y asumieron su compromiso, entregando esfuerzo y su vida  en pos de objetivos de liberación, en sueños de libertad. Con  Fidel y la Revolución Cubana, la dignidad, el patriotismo y su contenido latinoamericano, la solidaridad y el sentido de pertenencia,  en el discurso y en los hechos, a una  lucha revolucionaria común,  asumieron una categoría  conceptual  en la teoría y la práctica social y política. La revolución, como objetivo político y social y como hecho colectivo, como una reacción de pueblos oprimidos y ofendidos,  de generaciones sin futuro,  adquiere el carácter ciudadano  de un derecho  humano y un valor ético. Hay muchos aportes de Fidel y la Revolución Cubana al acerbo de las fuerzas revolucionarias, democráticas, progresistas de América Latina y del mundo, tanto en relación a las fuerzas motrices de los procesos revolucionarios, de la relación dialéctica entre democracia y revolución, de respuestas, que en oportunidades han confrontado dogmas o prejuicios, pero que han contribuido a la maduración de respuestas en los nuevos desafíos e interrogantes y demandas  de un mundo en proceso de cambios, nuevas agendas y la emergencia de nuevos liderazgos y nuevos actores. Los analistas pueden encontrar en el proceso  bullente de la Revolución Cubana, de sus aprendizajes, de sus contradicciones y de sus búsquedas, sus errores y aciertos,  donde el papel conductor de Fidel y otros de sus personeros se ha hecho presente, y en campos  de la agenda académica y política practica, como el protagonismo social y político de la población afrodescendiente o  la reivindicación  de la historia y los derechos de  la población originaria  de la […]

El ambiente de borrasca en el ámbito de la Nueva Mayoría y del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet parece haberse disipado y aunque la crujidera de la embarcación persiste, al naufragio que parecía inminente tras la rabieta y los malos modos post electorales, con “congelamiento” de relaciones y exigencia de degollina de ministros incluida, parece dar paso a lo único posible, necesario y conveniente para una coalición que busca reposicionarse en la perspectiva  política electoral próxima. Aunque lo cierto es que en la opinión pública queda una sensación de desasosiego por el espectáculo de recriminaciones destempladas, lamentaciones, falta de autocrítica y sobre todo la búsqueda frenética de “culpables” de algunos de los desastres sufridos en los comicios, y de una carencia de análisis, sereno y severo, de las raíces políticas y sociales de la desafección ciudadana, del descrédito de los políticos, que se expresó en el voto ciudadano y en la abstención. Tras los dimes y diretes en la coalición de gobierno, la presidenta Michelle Bachelet reafirmó este miércoles 2 de noviembre en el Consejo de Gabinete de ministros la hoja de ruta para lo que resta de administración, enfatizando lo que ha sido la constante de su discurso: mantener el rumbo de las reformas prometidas a la ciudadanía y por las cuales votó al elegirla Presidenta de la República. Tiene razón el ministro Secretario General de Gobierno, Marcelo Díaz cuando apunta a la necesidad de “diálogo y articulación“ en la Nueva Mayoría, lo que significa un debate con altura de miras, respeto mutuo, pero sobre todo lealtad con el Gobierno y el programa de reformas. Los instrumentos del diálogo político, la construcción de acuerdos, que permitieron por ejemplo la reforma tributaria y el impulso a las reformas educacional, al proceso de descentralización, salud, seguridad ciudadana, reforma laboral y otros proyectos, mantienen su prioridad para el periodo de  gobierno restante, mientras la discusión política prepara la reforma constitucional y la reforma previsional, proyecta la generación del desarrollo en conjunto con la equidad, en lo económico y social. Solo que una adecuada lectura del complejo panorama político social, constata que además de los partidos y sus acuerdos o desencuentros, han surgido en el escenario los movimientos sociales, que han mostrado su musculatura colectiva, su potencial de convocatoria y su fortaleza. Son los nuevos protagonistas que demandan su lugar en el escenario de un nuevo país, complejo, en movimiento. Ahí están el movimiento “No mas AFP”, los medioambientalistas, los regionalistas, los independientes, las nuevas fuerzas políticas surgidas del movimiento estudiantil (los triunfadores municipales de Valparaíso), y otros. Además es más que posible, y debe ser materia de estudio, que al llamado abstencionismo, sea una forma de expresión política no solo de un malestar ético, sino de una verdadera eclosión social, que, además de enrostrarle su ineptitud, corrupción y falta de sensibilidad, le dice a las elites tradicionales- entre estas los partidos, además de los entes formales de la democracia y de la “institucionalidad”- “queremos participar, ser protagonistas , actores de nuestro […]

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