Pese al apoyo de casi 93 por ciento de los votos favorables a la independencia, el principal organismo judicial anuló todas las consecuencias y resultados del ejercicio.
La medida resultó la última fase de una etapa de crisis causada por el ejercicio comicial que incluso llevó al gobierno central a desplegar tropas para mantener la integridad territorial del país.
Los comicios y sus resultados recibieron el rechazo de Irán, Turquía, Siria, la Liga Árabe y Estados Unidos, al tiempo que el Consejo de Seguridad de la ONU exhortó a conversaciones entre las partes para poner fin a la crisis.
El llamamiento del organismo mundial tuvo lugar después que Bagdad desestimó una oferta de los líderes kurdos iraquíes de congelar el resultado de la consulta y luego establecer un diálogo.
Al rechazar esa oferta, el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, exigió la anulación del voto de los comicios por la independencia.
La semana pasada, el gobierno del Kurdistán iraquí declaró que respetaba las decisiones del máximo tribunal iraquí y la insistencia en mantener la unidad nacional.
El referendo constituyó una de las prioridades del presidente kurdo, Massud Barzani, quien renunció al cargo en vistas del fracaso de esa política y de la pérdida de casi todos los recursos petroleros de Kirkuk, quizá la base viable para un hipotético Estado independiente.
Bagdad, 20 noviembre 2017
Crónica Digital /PL