Con la incorporación de estas poderosas armas, la Escuadra y la Aviación Naval incrementarán su capacidad de atacar objetivos tácticos y estratégicos tanto en el mar como tierra adentro, subraya la información, que reproduce el periódico digital El Mostrador.
De todas las instituciones castrenses, la Armada fue -junto a la Fuerza Aérea- la más favorecida con las millonarias compras militares realizadas por el gobierno del ex presidente Ricardo Lagos antes de dejar La Moneda en marzo pasado.
A los dos submarinos del tipo Scorpene, especialmente construidos para Chile en Francia y España, se suman cuatro fragatas de segunda mano adquiridas a Holanda y otras tres, también usadas, compradas a Inglaterra.
A lo anterior se agregan tres helicópteros de fabricación europea comprados de segunda mano en Estados Unidos.
Pero la lista no termina ahí. A la reciente partida de misiles antiaéreos Sea Wolf y antibuque SM-39 Exocet adquiridos en febrero pasado al consorcio francés EADS, se añaden una veintena de misiles Harpoon Block II a la empresa Boeing de Estados Unidos.
Los veinte misiles son de la versión superficie-superficie, destinados a ser instalados a bordo de las nuevas fragatas holandesas y británicas. A ellos se suma ahora la conversión de una decena adicional de misiles Harpoon aire-superficie.
Si bien el comunicado de Boeing no señala a qué entidad de las Fuerzas Armadas serán destinadas estas armas, todo indica que son para la Marina, según El Mostrador, que cita fuentes ligadas a círculos militares.
Las armas están destinadas a equipar los aviones P-3A Orión que opera la aviación naval en la actualidad que, de esta manera, sumarán a sus cualidades de exploración una capacidad de ataque a unidades de superficie, indicaron las fuentes.
Aunque en esencia el Harpoon versión Block II es un misil similar al Exocet MM40 block II que ya poseía la Armada, el estadounidense tiene capacidades que se aproximan más a las de un misil de crucero.
Los Harpoon poseen un sistema de navegación que les permite volar a muy baja altura, pudiendo esquivar obstáculos, para llegar a su objetivo con máxima precisión.
Tienen un sistema de navegación autónomo con el que pueden abortar un ataque si enfrentan defensas o contramedidas muy densas, para iniciar un nuevo ataque sobre el mismo blanco pero desde otra dirección.
Posee un alcance de más de 120 kilómetros, que supera significativamente los 50 de los Exocet, lo que le permite atacar blancos terrestres no sólo en la costa, sino también tierra adentro, además de buques en alta mar.
Santiago de Chile, 21 de septiembre 2006
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