Tras varias semanas de lucha contra la fiebre aftosa, que también ataca al ganado, el Ministerio británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales confirmó este sábado la aparición del primer caso, en el condado de Suffolk, en el este inglés.
La infección, detectada en una granja cerca de la localidad de Ipswich, afectó a una vaca que fue sacrificada, mientras los otros animales fueron sometidos a pruebas para determinar si estaban contagiados.
La fiebre catarral, aunque no tan dañina como la aftosa, constituye también motivo de grandes preocupaciones, subrayó Peter Kendall, presidente de la Unión Nacional de Granjeros a la BBC.
Esa infección, de carácter vírico y endémica de Africa, penetra sobre todo en los rumiantes y se transmite a través de la picadura de pequeños mosquitos conocidos como culicoides.
Los animales que la padecen sufren inflamación de las mucosas, hemorragias dispersas, edemas y fiebre elevada, y además les cambia la coloración de la lengua.
Al parecer el germen patógeno cruzó a Gran Bretaña, por lo que se precisa de un plan para combatirlo, declararon autoridades sanitarias.
Londres, 24 de septiembre 2007
Prensa Latina , 0, 40, 10