Chile subió al firmamento con garra y altura para firmar el adiós de España de la Copa Mundial de Fútbol, con un marcador de 2-0 que reflejó apenas la superioridad de los sudamericanos.
«Es la realización del sueño de cualquier entrenador, vencer al campeón mundial vigente y hacer historia. Estoy muy orgulloso de la labor de los jugadores, de la entrega y la combatividad», declaró el técnico de los chilenos, Jorge Sampaoli.
Holanda y Chile, que comparten el primer lugar del grupo B del certamen, son los primeros clasificados para la siguiente fase del certamen.
Terminó la era dorada de la Furia Roja, la España del juego vistoso, del tiqui-taca, las impecables prestaciones de una generación que cambió bastante la forma de hacer el balompié en el nuevo Milenio.
«Fuimos un poco tímido en el primer tiempo, en tanto Chile se presentó con mucha valentía y coraje para encarar el encuentro», reconoció a la prensa el alicaído Vicente del Bosque.
Aquello de «entregar la piel» en la cancha, se ajusta a la medida de los chilenos. Fueron en todo momento protagonistas en busca de la victoria, con calidad en las triangulaciones, individualidades notables y sin caer en el juego físico.
«No tendría más que elogiar el comportamiento de conjunto, el espíritu colectivo. Por supuesto Alexis (Sánchez) es nuestro líder pero que decir de Arturo (Vidal) apenas recuperándose de una operación en los meniscos (…)», destacó Sampaoli.
De nombres, en primer plano los autores de los goles, Vargas (20 minutos) y Aránguiz (43), siempre alimentados por Sánchez y Vidal, además de los «obreros» en la contención y la zaga en general (Isla, Mena, Jara, Silva, Díaz y el líbero Medel).
El dibujo de la victoria de Chile comenzó a gestarse desde el mismo comienzo del partido, cuando Vidal se desmarcó por el centro y Vargas no pudo rematar bien y fue tiro de esquina. Acto seguido Jara conectó desviado el balón de cabeza.
Lo que se antojaba un espejismo demasiado real para los españoles se hizo realidad a los 20 minutos. El «Rey Arturo» en sus asociaciones letales con Alexis, pase a Aránguiz y el balón a los pies del nuevo matador Eduardo Vargas, para el 1-0.
Aunque la escuadra del técnico argentino Sampaoli tampoco se replegó, no tuvo reparos en ceder más el balón a los desarticulados discípulos de Vicente del Bosque, que salvo Iniesta y Silva, era una caricatura de la espléndida Furia Roja.
El inquieto Vidal se buscó una tarjeta amarilla a los 26 minutos por una torpeza, mientras David Silva lograba conectar con Diego Costa, sin fortuna para el empate. España no encontraba la fórmula.
Los chilenos, con excelente disciplina táctica en defensa, con férrea marca y apego a la recuperación, sortearon los esporádicos escollos de los contrincantes que casi siempre nacían en el habilidoso Andrés Iniesta.
Con la máxima del deporte, si no haces el gol (…), la brújula en el ataque de los transandinos, el «Niño Maravilla» Alexis Sánchez soltó un cañonazo en tiro de castigo que rebotó en el decepcionante Iker Casillas.
El rebote fue a parar a las piernas de Charles Aránguiz, volante de contención que con frialdad envió el balón a las redes españolas para un temerario 2-0a los 43 minutos.
Si faltaban héroes, el arquero Claudio Bravo, por cierto fichado hoy con el Barcelona, dio la tranquilidad que faltaba a los sudamericanos en su vibrante triunfo en el mítico Maracaná de Rio de Janeiro.
Ficha técnica del partido:
Chile: Bravo, Isla, Medel, Jara, Silva, Mena; Marcelo Díaz, Aránguiz (Gutiérrez), Vidal (Carmona), Sánchez y Vargas (Valdivia).
España: Casillas, Azpilicueta, Javi Martínez, Ramos, Alba; Xabi Alonso (Koke), Busquets, Iniesta; Silva, Costa (Fernando Torres), Pedro (Cazorla).
Arbitro Mark G. Geiger (Estados Unidos), que sacó tarjetas amarillas a Xabi Alonso, Vidal y Mena.
Por Michel Dalí
Río de Janeiro, 19 de junio 2014
Crónica Digital / PL