«Una poesía impura como traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas,observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos. La sagrada ley del madrigal y los decretos del tacto, olfato, gusto, vista, oído, el deseo de justicia, el deseo sexual, el ruido del océano, sin excluir deliberadamente nada, sin aceptar deliberadamente nada”
Pablo Neruda: Una poesía sin pureza, 1938
A veces es bueno detenerse a un borde de el camino,
contemplar las cosas, la vida y las gente,
mirar desde adentro hacia afuera, no con esa mirada
apresurada de quienes van de turistas por la vida
A veces es conveniente detenerse en una esquina de un verso,
mirar a derecha e izquierda, mirar hacia arriba y hacia abajo,
descender a lo más recónditos lugares a todos los espacios
y elementos a todas las pasiones y momentos
Sumergirse en las profundidades existenciales de la vida,
y que los poemas con elementales ingeniería
construya poesía testimoniales diseminada
por los caminos de la vida.
Poesía evocadora y creativa, capaz no sólo de permanecer,
sino de ser y estar junto a la gente, celebrar y cantar
a los panaderos, pescadores, leñadores y mineros,
a todos los oficios a todos los gremios
a todos los sindicatos, a todos los olores, sabores,
y sudores que emergen desde los territoriales actos del trabajo.
Yo te canto Mujer Trabajadora de casa particulares,
canto a tu oficio, a la dignidad de tu trabajo,
a tu presencia ahí donde te encuentres,
a ti te canto mujer de madrugadores y agiles
pasos camino al trabajo
A ti te canto mujer de atardeceres de lentos
pasos volviendo a casa después de una jornada
de hasta doce hora de trabajo
A ti te canto mujer trabajadoras «puertas adentro «
mujer de anocheceres de cansinos pasos
por esa casa que es ajena pero que habitas
y en tus noches vas y vienes a tus soledades
recordando a tus hijos, a tu familia y tu casa
en la que tu presencia es la sonrisa de tu rostro
que se quedó esperando en el espejo
A ti te canto mujer ojos de manantiales diáfanos
manos desgastadas por la temporal rutina de los días,
hacia ti mujer viene mi canto, a los dominios territoriales
de la fertilidades de tu alma
vengo desde mi corazón a tus asuntos, traigo esperanza,
sueños e ilusiones, te dejo mi canto,
mi centenaria armadura
te dejo mi corazón y mis banderas
Por Norton Robledo
Santiago de Chile, 9 de octubre 2014
Crónica Digital