Las tormentas de metano a gran altitud en la densa atmósfera de Titán, la mayor luna de Saturno, son responsables de que las dunas en ese cuerpo celeste estén orientadas hacia el este.
Una reciente investigación publicada en la revista Amazings reproduce esta y otras conclusiones del equipo liderado por el astrónomo Benjamin Charnay, de la Universidad de Washington, en la ciudad estadounidense de Seattle.
Utilizando modelos informáticos, Charnay y sus colaboradores formularon la hipótesis de que la orientación de las dunas de arena de Titán procede de las raras tormentas de metano que producen ráfagas en dirección al este mucho más fuertes que los vientos normales de superficie, que van hacia el oeste.
«Las rápidas ráfagas hacia el este dominan el transporte de arena, y por tanto las dunas se propagan en aquella dirección. Esta puede por tanto ser la explicación al misterio», comentó el experto.
Con su densa y brumosa atmósfera, y sus ríos, montañas, lagos y dunas en la superficie, Titán se parece mucho a la Tierra en algunos aspectos, asegura la publicación.
Desde que en 2004 la sonda espacial Cassini llegó al sistema de Saturno, sus observaciones de Titán traen luz sobre determinadas dudas.
El enigma reside en que mientras que las simulaciones climáticas indican que los vientos cercanos a la superficie de Titán, análogos a los alisios de la Tierra, soplan hacia el oeste, las dunas, que alcanzan cientos de metros de alto y muchos kilómetros de largo, están orientadas hacia el este y no en direción opuesta.
Teorías anteriores atribuían lo anterior a los efectos de las mareas gravitatorias de Saturno o a varias características del terreno, o a la dinámica de los vientos, concluye el texto.
Washington, 25 junio 2015
Crónica Digital / PL