El nuevo jefe de Estado norteamericano firmó ayer otra de sus polémicas disposiciones, en esta ocasión para que el Pentágono presente en un plazo de 90 días un plan para crear las llamadas zonas de seguridad humanitaria.
Peskov reconoció que Washington en ningún momento le consultó a Moscú sobre esa medida, pese a que la aviación de combate rusa opera desde finales de 2015 en el espacio aéreo sirio.
Trump consideró la víspera que Europa cometió un grave error al permitir la entrada de miles de refugiados a Alemania y otras naciones de esa región y afirmó que no quería eso para Estados Unidos.
Más de cinco millones de sirios resultaron desplazados de sus hogares a causa de un conflicto que en apenas seis años dejó un saldo de más de 200 mil muertos, muchos de ellos civiles.
Damasco acusa a Washington de promover de forma artificial el caos y la desestabilización en el país levantino que desembocó luego en una confrontación armada, en la cual grupos violentos recibieron ayuda material y financiera desde el exterior.
Medios de prensa recuerdan aquí la funesta experiencia de creación de zonas de prohibición de vuelos en Libia, cuando de marzo a octubre de 2011 la aviación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bombardeó ese país.
Cientos de civiles parecieron a causa de los ataques de la OTAN, que interpretó a su antojo una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a la población libia.
Moscú en varias ocasiones llamó a Occidente a brindar ayuda humanitaria a los civiles sirios, sobre todo, después de la liberación de la parte oriental de la ciudad de Alepo, en diciembre pasado.
Moscú, 26 de enero 2017
Crónica Digital /PL