En discursos recientes al inaugurar obras sociales en este país andino-amazónico, el primer presidente indígena de Bolivia reveló que la dependencia económica era tanta que el FMI tenía una oficina en sedes del gobierno y hasta participaba en sus reuniones.
Luego de su intervención la víspera en la cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur), en Mendoza, Argentina, Morales escribió en esta red social que ‘frente a crisis financiera mundial del capitalismo, estamos en tiempos de integración por la liberación de los pueblos’.
‘Primero la Patria Grande’, subrayó Morales y alertó en otro tweet que ‘Nuestro Mercosur no puede repetir la amarga historia de la Organización de Estados Americanos (OEA): por razones políticas o ideológicas expulsar o excluir a países’.
‘Intervenciones en Libia, Irak y otros países son para apropiarse de recursos naturales. Detrás de intervención en Venezuela está el petróleo’, denunció Morales en ese foro donde precisamente varios de los mandatarios presentes han apoyado posiciones injerencistas.
Al respecto recalcó que ‘ni como países de Mercosur, ni como organismos de América, podemos ser cómplices de una intervención norteamericana en Venezuela’.
Tras la victoria electoral que le llevó al gobierno el 2006 Bolivia ha tenido un crecimiento económico tan dinámico que lo llevó de ser uno de los países más atrasados de la región a liderarla con su Producto Interno Bruto (PIB) en los tres últimos años.
Con un crecimiento económico promedio del PIB del cinco por ciento los últimos 11 años, Bolivia muestra una balanza comercial favorable en 10 años, con importaciones por valor de 76 mil millones de dólares y exportaciones por 91 mil millones de dólares.
El ejemplo de su gestión, unido a impresionantes logros sociales en educación, salud, seguridad social, disminución de la pobreza y la desnutrición crónica infantil a partir de la nacionalización de sus recursos naturales, fundamentan su rechazo a las recetas del FMI.
La Paz, 22 de julio 2017
Crónica Digital /PL
