Sin embargo, su uso se extiende a otras áreas como la medicina con la innovadora impresión de órganos 3D.
Aunque anteriormente la técnica se utilizó para crear partes pequeñas del cuerpo humano como los dientes, los avances permiten aplicarlos en órganos más complejos.
La práctica se realiza en la Universidad de Rochester, al norte de Nueva York, donde se desarrolla el Modelo de Simulación Inanimada para el Aprendizaje de Experiencias Físicas (SIMPLE, por sus siglas en inglés), que ha perfeccionado este tipo de creaciones.
Una de sus últimas inventivas fue la incorporación de sangre artificial al órgano creado; lo cual le otorga mejor textura y un realismo sorprendente para la vista y el tacto.
El doctor Ahmed Ghazie, parte de este colectivo, explica que el objetivo de los órganos es estudiar las estructuras complicadas y practicar la intervención quirúrgica antes de enfrentarse a operaciones reales.
El hecho de proporcionarle la sangre, añade, es fundamental para el entrenamiento de los futuros médicos porque el sangrado es señal de un corte certero o equivocado. ‘Esto es de gran ayuda para desarrollar la memoria más rápido, acercar a los estudiantes y cirujanos a la experiencia con un paciente real, evitar errores y complicaciones en la práctica. Así se pueden probar nuevos métodos de cirugías para generar la menor pérdida de sangre o simplemente perfeccionar los ya utilizados’, asegura Gazhie.
UN PASO MÁS ALLÁ: EL IMPLANTE
Tanta aceptación tiene la práctica que algunos ya hablan de órganos para ser usados en trasplantes.
Un equipo de expertos del Instituto Wake Forest de Medicina Regenerativa de California, también en Estados Unidos, esboza un nuevo sistema capaz de conseguir este propósito.
Anthony Atala, líder del grupo, asegura que el problema está en lograr que el órgano sintético a implantar tenga el tiempo suficiente como para vascularizar en el organismo de una persona.
Según investigaciones previas, las células se mantienen vivas mientras se encuentran en el biorreactor, pero cuando pasan al órgano tienden a morir porque les falta nutrición.
Para superar el obstáculo, ellos crearon una tecnología de impresión basada en un sistema de microcanales donde se instalan las células a utilizar. De esta forma se aseguran la permeabilidad de los nutrientes y el oxígeno.
Para lograr la nutrición de las células, los analistas crearon una tinta con abundante agua y crearon el plano de los microcanales para mantener la permeabilidad.
La práctica se realizó en ratones, a quienes se implantaron orejas reconstruidas a partir de células humanas y distintos tipos de materiales impresos en 3D. Dos meses después, el órgano sobrevivía y mostraba importantes signos de vascularización.
(Tomado del semanario Orbe)
Por Por Yelena Rodríguez Velázquez
La Habana, 4 marzo 2018
Crónica Digital /PL