El Presidente de Cuba, Miguel Díaz–Canel, sostuvo un encuentro con líderes religiosos del país, el cual catalogó en su cuenta de Twitter de “enaltecedor”. El Mandatario comentó que el diálogo con directivos del Consejo de Iglesias y representantes interreligiosos. Según el diario “Granma”, este intercambio “se convirtió en espacio para el agradecimiento, el homenaje, la fe, el compromiso, la participación, el aprendizaje, la reflexión y la esperanza”.
El íntimo momento de reflexión se volvió entonces homenaje en que Díaz–Canel recibió una cruz de madera, una placa y una Biblia, de manos de Rhode Gonzáles y Raúl Suárez, expresidentes del Consejo de Iglesias de Cuba. “Cuente con lo que tenemos, en beneficio de la nación”, dijo Marcial Hernández Salazar, presidente de la Iglesia Evangélica Libre. Los presentes se unieron luego en una oración por la vida, y oraron juntos.
La conversación estuvo centrada en lo que es posible hacer por el bien de la sociedad, pero también afloraron las trabas experimentadas por ellos en el ejercicio de su trabajo. Díaz–Canel aseguró en la red social que esas dificultades quedarán resueltas de inmediato, y resaltó la fe y la esperanza que estuvieron presentes en todo momento en el intercambio. Añadió que a esta primera conversación le seguirán otras con los diferentes directivos de las instituciones religiosas.
“Queremos continuar este camino”, enfatizó el Jefe de Estado de Cuba y agregó la etiqueta #ACubaPonleCorazón.
Los 15 participantes se refirieron a las trabas y burocracias que impiden la entrada ágil al país de medicamentos y otros insumos necesarios para el trabajo que desarrollan en las comunidades. El Mandatario les aseguró que muchas de esas cuestiones se resolverán de inmediato y comentó que la decisión de crear en el Gobierno una oficina para atender los asuntos relacionados con las instituciones religiosas, contribuirá en gran medida a abrir caminos y viabilizar soluciones.
“Todavía podemos perfeccionar y ampliar más la armonía, construyendo constantemente mucha confianza y la posibilidad de hablar, de discutir, de debatir, aunque no siempre coincidamos en lo mismo”, reflexionó por su parte el Jefe de Estado. Agregó: “Es tremenda su disposición para participar en la construcción de la sociedad desde toda la experiencia que tienen y desde todos los aportes que hacen”.
Subrayó: “Vamos a buscar los espacios en que ustedes puedan aportar y participar, para que estén con nosotros y también para que nos enseñen, porque ustedes tienen muchas cosas que enseñar, que han sido práctica ya desarrollada en todos estos años”.
Como parte del diálogo, Díaz–Canel agradeció las oraciones que, le dijeron los presentes, hacen por el Mandatario y su equipo de Gobierno. Detalladamente compartió elementos significativos de la actual situación del país y sobre los últimos acontecimientos sucedidos. Una situación que definió de extremadamente compleja y a su vez desafiante.
“Necesitamos reforzar la atención en los barrios, y ahí contamos con ustedes. Sabemos de proyectos que han desarrollado, del concepto que han trabajado de educación popular, y aspiramos a poder ir multiplicando sus experiencias y enriquecer todo cuanto hagamos con su participación”, enfatizó.
“Servir al pueblo y participar activamente en la vida de la sociedad y la Patria han marcado el rumbo del Consejo de Iglesias de Cuba, en sus 80 años de fundado”, se le escuchó decir con orgullo a Joel Ortega Dopico, su secretario ejecutivo. Luego, enumeró algunos de los diversos escenarios en lo que también han dejado su huella: las luchas clandestinas en la Sierra; la campaña de alfabetización; las acciones por el regreso de Elián y de los Cinco; las batallas en contra del bloqueo.
Con la certeza de que son muchos los temas aún por tratar para verdaderamente lograr la transformación que el país demanda, el Secretario Ejecutivo del Consejo de Iglesias de Cuba se refirió a la necesaria autocrítica, la rectificación pendiente, la revisión profunda de métodos y estilos de trabajo que chocan con la voluntad de servicio al pueblo, la burocracia, las trabas y la insensibilidad de algunos que tanto dañan. Son realidades, confió, a las que lamentablemente tampoco ha podido escapar la iglesia.
“¿Cómo podemos lograr que la iglesia y la religión sean cada vez más parte de los procesos de participación de cambios que estamos viviendo?”, se preguntó y, al mismo tiempo, lo hizo al auditórium, para poco a poco hilvanar ideas que ratificaron la importancia de “buscar caminos de diálogo para no estigmatizar posiciones. Hay grietas que tenemos que juntos y juntas sanar”.
“Hermano Presidente”, le dijo luego Carlos Ham Stanard, Pastor de la Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba, “aquí estamos, como parte de Cuba, para reafirmar nuestra vocación de servicio, para continuar en el diálogo, en la lucha, en el trabajo, y esperamos poder continuar en este proceso de diálogo, enriqueciéndonos mutuamente”.
Sin pretender presumir de sus acciones, porque solo han tenido el propósito de “ser útiles”, el también Rector del Seminario Evangélico de Teología de Matanzas, contó cómo en la institución se habilitó una extensión del hospital pediátrico, donde fueron atendidos, en 47 días de servicio, 1500 pacientes: 900 niños y 600 padres y acompañantes. “Fueron días de mucha preocupación, pero también de defensa, lucha por la vida, y grandes satisfacciones al poder servir a nuestro pueblo en este frente, luchando por la vida”, dijo.
“De convocar y sumar para que todos se sientan parte; de entender que la sociedad hoy no se parece a la de 20 años atrás, que es diversa, compleja, y tiene multiplicidad de actores”, señaló Joel Suárez Rodés, coordinador ejecutivo de la Coordinación Colegiada del Centro Memorial Martin Luther King.
Con las iglesias “tenemos el deber de trabajar por la unidad de nuestro pueblo y lo hemos hecho desde nuestros mensajes, con nuestros familiares, amigos, personas que hemos visto que están equivocadas”, manifestó Lydia Aguiar Batista, vicepresidenta de la Iglesia Gracia Soberana.
“A abrazar, respetar y aprovechar la diversidad que define la Cuba de hoy”, convocó Dora Arce Valentín, Pastora y moderadora de la Iglesia Presbiteriana Reformada. No podemos rechazar la diversidad, insistió, “tenemos que ver esa diversidad como un don, como algo que enriquece a la sociedad”. Agregó: “Esa es la Cuba que queremos, una Cuba donde sus familias sean diversas, que se ensamblen de la manera que pueden, que quieren, que saben, (…) porque así queremos que sea la sociedad cubana, y en ese sentido se puede contar con nosotros”.
“Que el sector religioso esté presente en los diálogos con la juventud, porque desde nuestra espiritualidad y nuestra fe también tenemos un aporte a esos diálogos”, solicitó Dianet Martínez Valdés, secretaria del Movimiento Estudiantil Cristiano para América Latina.
“Nos toca ahora alimentar esa unidad desde este país que somos y celebrar la diversidad que somos. Nos toca, como iglesia, ser mediadores”, valoró Kirenia Criado Pérez, Pastora de la Iglesia de Los Amigos. Añadió: “Cuba es el centro de mi vida, pero la reconciliación es el centro de mi tarea, y yo creo que hoy nos está tocando tener la reconciliación como el centro de nuestra tarea y nos ofrecemos como iglesia, por la experiencia que hemos vivido, a ser espacio de reconciliación allí en el barrio, allí en la iglesia, allí en las comunidades más pequeñitas”.
En el encuentro, el Presidente de la República impuso la Orden Félix Varela de Segundo Grado a Raúl Suárez Ramos, Pastor emérito de la Iglesia Bautista Ebenezer de Marianao, protagonista de aquel histórico encuentro con Fidel en abril de 1990. Desde la entereza y valía de sus años, se le escuchó decir entre emociones: “Raúl Suárez no se retiró, está en pleno jubileo, que significa gozo y alegría, que es lo que nos ha dado también esta reunión y las próximas que tendremos”.
La Habana, 7 de agosto 2021.
Crónica Digital / Prensa Latina / Granma.
