Sin Filtro, obra basada en los escritos del francés Florian Zeller se está presentando desde el viernes pasado en el Teatro Municipal de Las Condes, esta comedia cuenta con la dirección de Aranzazú Yankovic, y ha sido una pieza aplaudida por el público y la crítica a nivel mundial. Cabe recordar que su autor obtuvo 6 nominaciones al Oscar por la reciente cinta El Padre, consiguiendo uno de ellos el talentoso Anthony Hopkins como mejor actor.
Daniel interpretado por Jaime Omeñaca y Katty Kowaleczco en el papel de Valeria. Son un matrimonio consolidado por más de 20 años, que invitan a cenar a un amigo en común de toda la vida – Martín- que es caracterizado por Alvaro Morales. Un tipo que ha bajado de peso, está haciendo deporte y ahora es un flamante divorciado y quien llega acompañado por su reciente polola 25 años más joven que él. La cual es caracterizada por Hitzka Nudelman (Edificio Corona) Daniel la encuentra estupenda, en cambio Valeria no entiende cómo Martín pudo cambiar a su amiga por esa “cabra chica”.
Aquí todos los personajes por momentos dicen todo lo que piensan y por momentos piensan todo lo que dicen. Entonces el púbico es testigo de los pensamientos y sentimientos de estos, lo que causa gracia y risa a los espectadores. La cena por tanto, se va tensionando y transformando en decir verdades a medias, piadosas mentiras y sacar por fin lo que se piensa realmente del otro y surge esa interrogante ¿hasta dónde llega la amistad?
Con una escenografía bien lograda que nos lleva a una atmósfera óptima de un departamento con una cocina americana un living y un comedor, donde los actores se desenvuelven muy natural aprovechando todo el espacio escénico. Este montaje logra con creces la atención del público, que desde el primer momento se hace cómplice de los personajes al saber de lo que estos piensan de los otros personajes, cosa que causa mucha y gracia y los asistentes no paran de reír.
Las actuaciones andan muy bien, pero Jaime Omeñaca en este papel de Daniel saca a relucir toda su expresividad y su parte más lúdica. En tanto, Katty Kowaleczco interpretando a Valeria, esta mujer académica seria y razonable -que ve como una traición recibir al ex de su mejor amiga con su joven conquista-. Simplemente nos vuelve a sorprender con una actuación sólida, que a pesar de que estamos hablando de una comedia, ella es capaz de poner la seriedad necesaria que requiere este relato. Por su parte Alvaro Morales como Martín, este amigo que deja a su mujer por una joven que podría ser su hija, le quedó pintado su papel, un poco –tiro al aire- y sobretodo que se le ve más flaco y sin representar los 53 años que tiene. Y la debutante Hitzka Nudelman, quien se hizo conocida en la teleserie de Mega Edificio Corona, y que el año pasado había realizado la obra vía Zoom Hola Papá, con Héctor Noguera. Ahora interpretando a esta atractiva joven que supuestamente se enamora de este hombre mayor y que tiene que lidiar con los prejuicios que esto implica, pero que al parecer a ella no le importan. Anduvo bastante bien para un papel sin mucha complejidad y dónde rodearse del notable talento de sus colegas de actuación, sin duda que la hace crecer más.
Un elemento valórico que vemos en esta puesta en escena, es que se le da importancia al matrimonio, al valor de la verdad y lo que significa la sincera amistad, esa sin mentiras ni verdades maquilladas. Nos invita a reflexionar el significado del amor, la convivencia en pareja y cuándo debemos decir o no decir las cosas que pensamos.
Esta obra nos sumerge también en la hipocresía del ser humano, de ser lo que no somos, de aparentar lo que no se tiene, entonces decimos lo políticamente correcto para no ofender al otro y esto siempre trae consigo un problema cuando todo sale a flote y sumerge la triste realidad. En definitiva Sin Filtro es una pieza que hay que ver, principalmente porque tiene un relato que no decae, no hay espacios para el aburrimiento, es entretenida, amena y actual, que encaja perfecto en esta sociedad de caretas en que estamos inmersos. Con un clímax que nos lleva a un desenlace nada de cómico, más bien tenso, donde a veces hay dificultades para relacionarse, pero que nos aterriza donde todo comenzó.
Por Miguel Alvarado Natalí
Periodista
Editor de Cultural
Crónica Digital