A un mes de iniciado el gobierno de la Derecha poco se escucha de los prometidos “tiempos mejores”, y se ha impuesto sin tapujos la “marcha atrás” a las reformas avanzadas y la profundización democrática elegida por los chilenos y requeridas objetivamente por las necesidades del fututo.
Al margen de una retórica de buenas maneras, supuestas intenciones de acuerdos, claramente se ha impuesto una práctica de amenazas, chantajes, acusaciones sin fundamentos, agresividad verbal o maniobras pandillescas
De lo que se trata es la puesta en marcha de un modelo de poder totalitario-populista sin tapujos, apenas camuflado con invocaciones a la Divinidad y algunas referencias a una cierta legalidad dada por los votos,como si ello otorgara legitimidad a un poder personalista, sin contrapeso ni contemplaciones con la institucionalidad democrática y republicana.
El modelo implica un poder presidencial a la cabeza de una estructura de voluntad única, un poder totalitario-populista de la economía de mercado, que se impone a partir de una red abrumadora que encabeza el aparato del Estado y el complejo empresarial derechista y a la cual sirve una combinación de poderes fácticos (centros de estudio, universidades empresariales, plataformas mediáticas nacionales e internacionales, fundaciones, púlpitos religiosos, articulistas mercuriales provenientes de las filas del pinochetismo y del integrismo, o francamente, de los centros de pensamiento de la CIA, el Pentágono o el Heritage Foundation -el centro ideológico que adoctrina e inspira el pensamiento conservador gobernante.
La otra fuente del poder -o lo que llaman el “lado oscuro de la fuerza”- lo constituye una trinchera de nostálgicos, o ex militares y facinerosos del pinochetismo, hechores, cómplices o encubridores de sus crímenes , y los que buscan atrincherarse, encubrirse y presentarse como la llamada “familia militar”, y otros empresarios que hicieron su primer millón de dólares a la sombra de las bayonetas de la dictadura y el terrorismo de Estado.
Vivimos la puesta en escena de una estrategia y practica permanente coordinada , planificada , alimentada y ejecutadas desde la sombras, mediante operaciones mediáticas, para la manipulación político electoral de masas ideadas e instaladas por Facebook y Cambridge Analytica una nueva expresión de guerra sicológica, que utilizando temores, incertidumbres, aspiraciones, prejuicios de los ciudadanos (consumidores) obtenidos mediante el engaño y robo sistemático de sus datos en redes informáticas, y que se puso en practica en la campaña electoral de Donald Trump y en una venintena de otros paìses e instaladas en Chile a través de “agencias de comunicaciones “, según modelos conspirativos, desde que se inicia la operación retorno de Piñera y sus equipos a La Moneda, el mismo 11 de marzo de 2014, cuando entregó el mando a Michelle Bachelet.
El asunto es que logrado el primer objetivo y llegar a La Moneda el 11 de marzo del presente el gobierno del presidente Piñera se quita los hábitos de dialogante y busca imponer a troche y moche su plan . El discurso de los “acuerdos”, sobre temas obvios, no pasa de ser un señuelo demagógico, un recurso mediático del chantaje político, destinado a culpar a “otros” de sus propias incapacidades políticas y gubernamentales, junto con su estrategia de dividir a la oposición.
En el primer mes el gobierno ha dado suficientes muestras de su verdadero perfil.
Para muestra un botón, o unos cuantos.
-El gobierno persiste en criminalizar el conflicto con el pueblo mapuche. El presidente declara ( el 23 de marzo) que impulsará un “Plan de Desarrollo y Paz en la Araucanía·”, algo así como la Pacificación de la Araucanía ( 1861-1883), de triste recuerdo en la historia del país, y muy parecido a las Operaciones Cívico Militar de la estrategia contrainsurgente del Pentágono (en Colombia, por ejemplo)
Al mismo tiempo, el presidente anuncia desde Temuco una “reformulación “ de la Ley Antiterrorista, (Ley 13.314), que se ufanó, “permitirá a Chile ponerse a la vanguardia en la materia de instrumentos legales para combatir el terrorismo, no solamente en nuestro continente, sino que a nivel mundial”. Esto es ampliar el concepto de “terrorismo”, utilizar ampliamente los “agentes encubiertos”, agentes “reveladores”, espionaje electrónico, entregas vigiladas.
Por su parte el Intendente de La Araucanía Luis Mayol Bouchon, simplificó -o fue más franco- el mensaje declarando que “instruí más patrullaje policial”, en el territorio sometido a una ocupación y militarización permanente.
¿Militarizar, ley antiterrorista, contrainsurgencia, represión, “pacificación” en el estilo del general Cornelio Saavedra Rodríguez y el mercenario de origen italiano y con estadías en China y Rusia, y durante la ocupación chilena de Lima, durante la Guerra del Pacífico, el tristemente célebre, capitán Hernán Trizano, es el objetivo real del publicitado “acuerdo de paz” ofrecido por La Moneda al pueblo mapuche?.
Otras muestras de estas estrategia de “marcha atrás”, y de la venganza revanchista de la derecha y el pinochetismo es el anuncio de Andrés Chadwick, ministro del Interior, de que el Gobierno del presidente Sebastiàn Piñera desestimaría el proyecto de Reforma de la constitución presentada por la presidenta Michelle Bachelet.
Ante el empresariado reunido por Icare bajo el eslogan :”¿Cómo viene el 2018?”, sostuvo el jefe del gabinete ministerial que el gobierno del presidente Piñera rechaza el proceso de buscar una nueva Constitución para Chile, iniciado con una consulta popular el año pasado, y que contó con la participación de los más amplios sectores políticos y sociales del país.
Utilizando un tono soberbio, el titular de Interior y Seguridad Publica, proclamó el 15 de marzo: “No queremos que avance el proyecto de una nueva Constitución que presentó la presidenta Bachelet”, cosechando los consabidos aplausos de los concurrentes a la cita del Instituto Chileno de Administración de Empesas (ICARE).
Se trata de una reforma que partió con un mecanismo de participación ciudadana,democrático, masivo, participativo, que fue reconocido nacional a internacionalmente, como por la OCDE, y por cierto muy distinto al proceso desarrollado bajo la dictadura de Pinochet para imponer su Constitución: con un puñado de políticos de la Derecha prodictatorial junto a generales y almirantes, poco proclives e interesados en las leyes y mucho menos en la democracia-
Otras muestras de esa política de marcha atrás es la declaratoria de “desierta” para el proceso de licitación del Transantiago adelantado por el Gobierno Bachelet en busca de modernizar y resolver los cuello de botella del sistema; la imposición- por decreto- de un cambio sustancial en el protocolo de objeción de conciencia de la Ley de Despenalización del aborto en tres causales donde se impedía que las instituciones privadas recibieran recursos del Estado si se negaran como empresas a cumplir con la ley; la persecución a funcionarios designados legalmente por la Alta Dirección Pública del Estado durante la Administración Bachelet a los que se presiona para que renuncien a sus cargos aduciendo que tendrían un ”sello político”
Por eso crece la certidumbre de que el propósito, esgrimido más como pretexto que como justificación, por algunos, de ser “dialogante”, “constructivo”, recibir un trato de “caballeros”, “republicanos” y encontrarse a gusto para el montaje de mesas de un supuesto diálogo, con un temario ya redactado por La Moneda, no pasa de ser-una ingenuidad.
Y sus voces, y la pose para la foto-que es lo que necesita La Moneda para su propaganda o publicidad, no servirá para otra cosa que para dar una apariencia de legitimidad a algo que es simplemente una farsa o faramalla, o por lo menos una imposición.
Estos mecanismos espúrios para imponer sus pretensiones desconocen sustancialmente la institucionalidad democrática del país, reconquistada en principio por el No a Pinochet el 5 de octubre de 1988.
La ciudadanía debe recordar los tiempos en que Pinochet gobernaba por Decreto, luego de haber destruido manu militari y mediante el asesinato y la mayor violencia y muerte vivida por el Chile en muchos años, al Poder Legislativo, la institucionalidad democrática y los Derechos Humanos.
El desconocimiento y reemplazo del rol constitucional de la Cámara de Diputados y del Senado, en tanto representantes de la facultad legislativa de la institucionalidad y de la voluntad representativa ciudadana constituye, junto al irrespeto a las leyes ya aprobadas por el Legislativo y refrendadas por el Poder Ejecutivo el mayor peligro del momento para la democracia chilena y cabe a la oposición, y la sociedad en su conjunto alertar y oponerse decididamente, antes que los que están detrás de estas tentaciones totalitarias crean que pueden seguir actuando con impunidad y de que sea demasiado tarde.
Por Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 9 de abril 2018
Crónica Digital