La nave norteamericana, del tipo Arleight Burke, está dotada de varios armamentos antiaéreos y antibuques, en la mayoría de dirección automática, cuyo anunciado objetivo es reforzar la seguridad en la zona y demostrar la disposición a colaborar con sus aliados regionales.
Medios de prensa locales destacan aquí que el Pentágono envía de forma permanente barcos de guerra al mar Negro, incluida en las proximidades del límite de aguas internacionales, frente a las costas de Crimea, cuya población decidió en marzo de 2014 regresar a la jurisdicción rusa.
En su momento, tras una provocación en noviembre de 2018 con tres pequeñas embarcaciones cerca del estrecho de Kerch, Ucrania demandó a Estados Unidos y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte enviar una nave de combate a esa zona para una supuesta disuasión de Rusia.
Al menos 27 marineros ucranianos fueron arrestados en el incidente de 2018, cuando las tres pequeñas naves, con sus armamentos descubiertos, violaron las aguas jurisdiccionales rusas y desobedecieron la demanda de evitar un acercamiento al estrecho de Kerch y al puente de Crimea.
Para impedir un incidente en un área con una gran flujo de embarcaciones comerciales, lanchas guardafronteras rusas cerraron el paso a los infractores y por la fuerza los obligaron a poner fin a la provocación, que terminó con tres marineros ucranianos heridos.
La presencia de naves de guerra norteamericanas en el mar Negro es vista por Moscú como una amenaza a la estabilidad y seguridad de esa cuenca.
Moscú,24 de febrero 2020
Crónica Digital/PL