La mesa de conversaciones para la paz de Colombia reanudará las pláticas entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno el día 28, informaron las partes en un comunicado.
Tras el cierre de la última ronda de diálogos, las delegaciones informaron que reanudarían sus actividades hoy, sin embargo, aplazaron el reinicio «con el propósito de afinar visiones, intercambiar documentos y analizar las diferentes propuestas recibidas de distintos sectores de la sociedad».
El comunicado conjunto divulgado agregó que a partir de este ciclo comenzarán a tratar la solución al problema de las drogas ilícitas.
Esta previsto en este tercer punto -añadieron- escuchar a expertos y se recibirán las conclusiones de los foros organizados por la oficina en Colombia de la ONU y el Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional.
Mañana se cumple un año desde la instalación de la mesa en La Habana. En este tiempo la mesa logró consenso en la cuestión del desarrollo agrario y la futura participación política del grupo armado y otras organizaciones en la vida civil de la nación.
La Habana, 18 noviembre 2013
PL
Lun Nov 18 , 2013
Recibidas con escepticismo, las negociaciones de paz palestino-israelíes hicieron parpadear una luz de esperanza para las aspiraciones de los primeros a proclamar su Estado independiente tras siglos de dominación colonial y décadas de ocupación. En rigor, el Estado palestino independiente existe desde el 15 de noviembre de 1988, hace un cuarto de siglo, cuando fue proclamado en Argelia por el líder de la OLP, Yasser Arafat, en el XIX Consejo Nacional Palestino (parlamento en el exilio), por 253 votos a favor, 43 en contra y 10 abstenciones. Para ese entonces los palestinos estaban condenados a la diáspora y las posibilidades de que Tel Aviv, en su posición de fuerza, aceptara siquiera la eventualidad de sentarse a la misma mesa con Arafat y sus representantes, a los que calificaba de terroristas forajidos, a pesar de la rama de olivo tendida por el líder palestino en la ONU 14 años antes. Un lustro después de la proclamación en Argelia, la constancia de la resistencia y la naciente presión mundial ante una injusticia con ribetes de limpieza étnica, desembocaron en la firma de los Acuerdos de Oslo por los cuales la OLP eliminaba de su Carta constitutiva el objetivo de liquidar a Israel a cambio del inicio de negociaciones para la creación de su Estado independiente. Todo ese laborioso proceso, que desató las pasiones en el interior de Israel, quedó interrumpido en 1995 por el pistoletazo de Yigal Amir, un estudiante de la universidad de Bar Ilán a quien se culpó de la muerte de Rabin, único político de nivel jamás muerto de manera violenta en ese país, donde los servicios de espionaje ejercen un control estricto sobre la vida y milagros de la ciudadanía. A partir de ese momento, la escena política israelí da un giro que marca la caída, la fragmentación del Partido Laborista, relegado hoy a un cuarto plano, y el auge de la ultraderecha sionista, unidas en la negativa de alcanzar un entendimiento con los palestinos. Sería desacertado considerar que los acontecimientos no han evolucionado y, si bien los poderes que en el mundo son mantienen intactas la fuerza militar y la influencia de Israel, desproporcionadas en relación con su tamaño, las autoridades sionistas se han visto compelidas a reconocer la beligerancia del Gobierno palestino. Prueba de ello son las presiones ejercidas en julio pasado por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para el reinicio de las pláticas de paz, en un ejercicio que cada vez más demuestra indicios de concluir en el consabido callejón sin salida. Con solo observar la composición del actual gabinete israelí, presidido por la coalición Likud y su reciente aliado, el partido Yisrael Beitenu, del canciller Avigdor Liebermann, con los partidos Yesh Atid y ha Bayit ha Yehudi como socios mayoritarios, resulta fácil concluir que las negociaciones, en las cuales Kerry invirtió decenas de contactos e idas y venidas, son un ejercicio en futilidad. Es difícil suponerle al avezado ex senador y ex candidato presidencial fallido un grado de ingenuidad tal que le […]