Al término de una visita oficial de tres días, el alto jefe militar estimó que el fortalecimiento de esos vínculos en la esfera militar contribuirán a la voluntad de acercamiento y otros temas bilaterales entre La Paz y Santiago.
Izurieta reciprocó así la visita a Chile del jefe del ejército boliviano, general Freddy Bersatti, en agosto pasado.
Por su parte, el ministro de defensa, Walker San Miguel, destacó el avance en las relaciones diplomáticas entre ambos países.
La visita de jefe militar chileno fue calificada por San Miguel, como auspiciosa y de confraternidad.
Los actuales intercambios dejan atrás los infructuosos nexos de otras épocas, escritos con resentimiento de ambas partes, opinó.
Desde la guerra del Pacífico (1879), Bolivia demanda a Chile una salida marítima, lo que ha sido motivo de fricciones entre ambas naciones.
Tras la asunción de Evo Morales a la presidencia de la nación andina, las relaciones con su homóloga Michelle Bachelet, permitieron que el tema sea incluido en una agenda bilateral.
Interpelado sobre uno de los aspectos tratado durante la visita de Izurieta -la desactivación de minas personales en la frontera de Chile con Bolivia- San Miguel explicó que el vecino país deberá cumplir el convenio de Naciones Unidas al respecto.
Según esta tratativa, los países firmantes deben desactivar esas armas letales hasta el año 2009.
Asimismo subrayó que las partes quedaron satisfechas con la explicación sobre un convenio de defensa firmado por Bolivia y Venezuela en meses pasados.
San Miguel negó que ese acuerdo disponga la construcción de bases militares en zonas limítrofes y explicó que su país proyecta módulos de seguridad que albergarán servicios de migración y aduanas, así como dotaciones policiales y militares.
Las instalaciones contribuirán a una mayor seguridad fronteriza, en beneficio no solamente de Bolivia, sino de sus vecinos, pues servirán a la lucha contra el tráfico de armas y otras formas de crimen organizado, agregó.
El Ministerio de Defensa boliviano emitió un comunicado donde subraya que el gobierno tiene una política pacifista permanente y de ninguna manera piensa enfrascarse en una carrera armamentista.
En una perspectiva integracionista, Bolivia mantiene cooperación en materia de defensa con países vecinos y apuesta por una visión compartida de promover el desarrollo socioeconómico de los pueblos, afirma ese texto.
La Paz, 7 de noviembre 2006
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