Desde que se inició oficialmente el septiembre pasado las campañas presidenciales, los cuatro candidatos a La Moneda, Michelle Bachelet, favorita en las encuestas, los derechistas Joaquín Lavín, Sebastián Piñera y el izquierdista Tomás Hirsch, han destacado en los distintos foros a los cuales han asistido que el principal problema del país: la desigualdad social.
Aunque el tema ha sido constantemente manoseado por los postulantes de la derecha y la Concertación, para lanzar promesas de dudosa credibilidad o atacar a sus rivales por no haber hecho lo suficiente en el pasado para combatirla.
En ese contexto, los postulantes de la extrema derecha, Sebastián Piñera y Joaquín Lavín, gestores durante la dictadura del actual modelo económico, acusan a los gobiernos de la Concertación -instalados en La Moneda desde 1990- de haber profundizado la brecha entre pobres y ricos.
Con ello buscan debilitar la campaña de la oficialista Michelle Bachelet, favorita para convertirse en la primera mujer que alcanza la presidencia de Chile, declarada una continuadora de la política económica del presidente Lagos.
En su defensa, el gobierno atribuye, sin embargo, la responsabilidad a los partidos de la derecha opositora, por bloquear con frecuencia en el Congreso proyectos sociales auspiciados por el Ejecutivo.
«¿Cuándo la derecha en Chile se ha preocupado de la igualdad?», se preguntó Lagos en una entrevista que concedió la víspera a Radio Cooperativa, tras calificar de «festival de demagogia» las propuestas formuladas por Piñera y Lavín para atacar el problema.
«Yo lo que veo es que la derecha cuida el bolsillo, y por Dios que lo cuidan bien sus diputados y senadores cada vez que presentamos un proyecto de ley para ir en ayuda de los que tienen menos», añadió el gobernante.
Lagos afirmó que todos (los de derecha) ofrecen disminuir impuestos, hablan de igualdad en salud y educación, de la desigualdad en la distribución «pero en este festival de la demagogia nadie se mete la mano al bolsillo».
Insistió que la Alianza por Chile, que integran ambos candidatos, sólo tiene una visión social de los problemas en época de elecciones «a diferencia de Bachelet -la carta del oficialismo- con una trayectoria de servicio público que la avala».
Durante 15 años en el poder, la coalición de gobierno afianzó el desarrollo de la economía chilena con un crecimiento económico superior a 5,0 por ciento como promedio, mantiene la inflación bajo control y redujo en cierta medida la pobreza heredada de la dictadura militar.
Para sus críticos, sin embargo, la promesa de crecimiento económico con igualdad, que llevó Lagos como principal consigna a las elecciones del 1999, quedó muy lejos de ser cumplida, y Chile se consolidó durante su gobierno como uno de los países más desiguales del mundo.
Más de medio millón de personas siguen sin empleo, la delincuencia parece imparable y la falta de recursos hace estragos en la educación y la salud pública, convertida cada vez en otro lucrativo negocio para el insaciable sector privado chileno.
El candidato del izquierdista Junto Podemos Más, Tomás Hirsch, acusa por igual al gobierno y a la derecha de ser los responsables de la rampante desigualdad social y aboga por un cambio del sistema neoliberal que unos y otros se empeñan en mantener.
La derecha: ¿Quién será el que acompañe a Bachelet en segunda vuelta?
A una semana de las elecciones del domingo próximo, Bachelet sigue marcando la pauta con un 40 por ciento en las encuestas, pero muy lejos de 50 más uno necesarios para ganar en primera vuelta.
La pelea por pasar a segunda vuelta, se está dando en la derecha y cada día que pasa, los candidatos Joaquín Lavín, militante del ultrista partido UDI, se juega la vida frente al multimillonario Sebastián Piñera, quien debe su enorme fortuna a las políticas de privatizaciones del régimen militar, y que discuten palmo a palmo (con cerca de 20 por ciento cada uno) la posibilidad de pasar como segundo.
Analistas han señalado a Crónica Digital que la derecha, no sólo se juega el paso a la segunda vuelta, sino además, que sector político será en definitiva se impondrá para los próximos años.
En este contexto, la UDI, ha colocado todas sus cartas en la mesa y espera ganar la partida, dentro de un sistema electoral binominal, que le queda como anillo al dedo.
El domingo la UDI no sólo busca ser el principal partido del país, sino también demostrar que su proyecto está incólume. Para eso lleva a todas figuras como candidatos a senadores y espera que sean electos.
En tanto, Renovación Nacional (RN) busca que su abanderado pase a segunda vuelta y competir con la candidata oficialista Michelle Bachelet. RN sabe muy bien que un sector importante de la UDI no lo apoyará en una segunda vuelta. La semana pasada Pablo Longueira jerarca de la UDI, dijo que si Lavín no pasa a segunda vuelta, el tomaría una largas vacaciones.
En tanto, en RN la estrategia ha sido en estos últimos días acercarse al voto demócrata cristiano y ha tenido algo de resultado, ya que una de sus cartas al Parlamento la actual diputada Carmen Ibáñez, realizó un importante gesto hacia la DC, al visitar al senador y candidato por Santiago Poniente Andrés Zaldivar y prestar su apoyo.
La estrategia de Piñera es recoger gran parte del voto DC que no quiere a la candidata socialista y sumarlos a los votos de RN y la UDI con el fin de ganar a Bachelet y ser el próximo presidente de Chile
La izquierda define la segunda vuelta
El Juntos Podemos desde que obtuvo cerca del 10 por ciento de los votos en las elecciones municipales de octubre pasado se ha transformado en la»niña bonita» del momento.
Aunque la izquierda está descartada de pasar a segunda vuelta, los votos que obtenga éste domingo, la convierten en un factor que puede decidir en una contienda cerrada entre el candidato del gobierno y cualquiera que sea el que represente a la derecha.
Eso lo saben muy bien en el Juntos Podemos,en La Moneda y en el comando de Bachelet. En tanto Tomás Hirsch, manifestó este fin de semana que no está dispuesto a negociar con la Concertación ante una eventual segunda vuelta electoral.
«No he levantado esta candidatura para negociar, dijo a la prensa, no estoy aquí buscando ningún cargo. Yo no soy candidato para ver si después me dan un ministerio, una subsecretaría o alguna portería, no tiene nada que ver».
Recalcó que el Juntos Podemos, ésta en la construcción de un proyecto que es a mediano y largo plazo. Este es un proyecto para Chile, no tiene nada que ver con negociación y, además, yo no estoy buscando con esta candidatura nada testimonial, esta candidatura no es un saludo a la bandera, un testimonio o porque estábamos aburridos».
Política Real
Si el domingo la izquierda obtiene cerca del siete por ciento de los votos (eso indican las encuestas) y logran un diputados (el más probable es el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, en Lota), no sólo tendría un triunfo electoral muy importante, sino que deberá demostrar su madurez política ante los chilenos en los días venideros.
Aunque, no está claro cual será su posición en segunda vuelta, (más allá de las declaraciones de su abanderado), tanto la Concertación como la propia candidata a la presidencia del oficialismo, deberán realizar algún gesto hacía la izquierda si quiere esos votos.
Analistas locales concuerdan que en el actual escenario, es imposible que se de uno similar al del 99, cuando la izquierda obtuvo cerca un tres por ciento y ante el temor de que Lavín ganará a Lagos, parte de ella votó por el actual mandatario.
En la Concertación saben muy bien que la votación de la izquierda no se irá fácilmente a Bachelet en segunda vuelta y que lo más probable es que tengan dos grandes frentes a partir del domingo: Retener la fuga de votos DC hacia Piñera, si éste es quien compita con Bachelet y hacer gestos reales y públicos a la izquierda como el fin al sistema binominal, entre otros temas de carácter social y político que beneficien a las grandes mayorías.
Santiago de Chile, 5 de diciembre 2005
Crónica Digital, 0, 109, 3
