Durante el análisis se hizo un seguimiento a más de cuatro mil pacientes que sufrieron ictus con anterioridad y se considera que sus rersultados posibilitarán que la terapia preventiva de esa dolencia se podrá situar al nivel de la del infarto del miocardio.
Otros ensayos habían concluido que las estatinas (medicamentos que reducen el colesterol) disminuían el peligro de volver a presentar una crisis coronaria en los años siguientes, aunque no se contaban con evidencias concretas para deducir lo mismo para el ictus.
Sin embargo, la citada investigación, reseñada por The New England Journal of Medicine, ha puesto empeño en rersponder esas inquietudes de los científicos.
Ello incluyó la localización de cuatro mil 731 personas con antecedentes de haber sufrido un accidente cerebrovascular (ictus), ya fuera establecido o transitorio (AIT), en un rango de tiempo de seis meses de antelación.
Divididos en dos grandes grupos, los pacientes de uno de ellos recibieron 80 mg diarios de atorvastatina y el otro igual cantidad de placebo, para constatar por lo menos en los cinco años siguientes los nuevos casos de ictus o AIT como objetivo principal.
Los autores del trabajo vieron que la atorvastatina redujo el colesterol malo a 73 mg, en tanto quienes tomaron placebo sólo alcanzaron 129 mg.
En ese período el 11,2 por ciento del grupo con estatina sufrió un accidente cerbrovascular frente un 13,1 por ciento con el placebo, lo que representa una disminución del riesgo de 2,2 por ciento.
No obstante hay que apuntar que la mortalidad general fue parecida en los dos grupos, así como la cantidad de efectos no deseados, dentro de lo que se notó que la atorvastatina produjo con más frecuencia una alteración en las transaminasas hepáticas.
Los expertos indican que aunque 80 mg de atorvastatina contribuyen a disminuir la aparición de nuevos ictus, lo hacen al precio de un leve aumento de las hemorragias cerebrales, dato que no se debe menospreciar.
13 de agosto 2006
Crónica Digital , 0, 98, 10