Necesitamos métodos de educación popular para formar nuevos individuos con conciencia crítica, amor y sentido de la cooperación, aseveró al presentar una ponencia sobre educación y neoliberalismo, en el Congreso Internacional Pedagogía 2007.
Al dedicar su disertación a su amigo Fidel Castro, Betto citó a Cuba como ejemplo de la cooperación en el mundo, al tener colaboradores en unos 65 países, motivados por una práctica solidaria.
Afirmó que la escuela debe ser un centro político de formación de cualidades, de gentes creativas y humanistas, a partir de su vinculación con la historia local y sus pobladores, en esta época de «primavera democrática» en Latinoamérica.
El intelectual brasileño aseveró que en este hemisferio se vive una época de cambio, al estar en crisis postulados de dominación, como el que considera la educación una mercancía y a los seres humanos receptores pasivos, sin conciencia crítica de la realidad.
El autor del libro «Fidel y la Religión» señaló que el Estado tiene el deber de velar por la formación de sus ciudadanos, a partir de proyectos educativos donde las personas reflexionen acerca de su entorno, sin exclusión o marginación, y elaboren propuestas de cambio.
Refirió que el sistema neoliberal impuesto en Latinoamérica ha propiciado la filosofía -denominada por él- de «deseducación de la humanidad», en una era imagética, donde la imagen visual se impone y se utiliza para enajenar a los individuos.
Betto argumentó que bajo el mito de la supuesta neutralidad de la educación, se vive una «globocolonización», y no una globalización, Internet se erije como el mejor ejemplo de esto -apuntó- ya que el 80 por ciento de los servidores de esta red tiene su origen en Estados Unidos.
Explicó que esta nueva tecnología, junto a la televisión, constituyen herramientas fantásticas para el desarrollo, pero sus contenidos son hegemónicamente neoliberales, con reflejo en la educación.
Llamó a fomentar una relación estrecha entre la escuela y la sociedad, y a la recontextualización de la educación a partir de las experiencias específicas, la geografía, las costumbres, la historia y en respeto a la diversidad.
El prestigioso pedagogo refirió que los neoliberales no están interesados en la escolarización de los iletrados, porque les crea conciencia y espíritu críticos.
Como consecuencia -agregó- se crea un cuestionamientos a la realidad, reclamo de salarios y derechos sociales, entre otros.
Subrayó que la explotación de la mano de obra en Latinoamérica está vinculada a la falta de capacitación, una vez que el neoliberalismo ha convertido a sus sociedades en centros de capital económico y no de formación humana.
«Si queremos cambiar, hay que tener conciencia», sentenció Betto, declarado en esta jornada miembro de honor de la Asociación Cubana de Pedagogos, perteneciente a la Asociación de Educadores Latinoamericanos y del Caribe.
La Habana, 1 de febrero 2007
Prensa Latina , 0, 34, 21