Al trote suave de Rocinante, el caballero de la triste figura se introdujo gradualmente en la lista de los cinco libros más vendidos compitiendo con best-sellers respaldados por campañas publicitarias de enorme cuantía, como El código Da Vinci, del omnipresente Dan Brown.
De la mano de Miguel de Cervantes Saavedra la literatura pura va imponiendo su sello. Don Quijote figura en tercer lugar en la relación de títulos favoritos en México, y en el cuarto en su país natal, España, paradójicamente.
Gabriel García Márquez con sus Memoria de mis putas tristes se introdujo en el quinto lugar en el mercado editorial italiano y se mantiene como una constante, desde su aparición, entre los cinco primeros en varios países de América Latina.
Hay sorpresas como la irrupción en cuarto lugar, en México, del cuento El lobo, el bosque y el hombre nuevo (Premio Juan Rulfo 1990 en el concurso de Radio Francia Internacional). El relato inspiró el guión de una de las películas mas renombradas del cine de ese país: Fresa y chocolate.
La rodó Tomás Gutiérrez Alea, el artífice de Memorias del subdesarrollo, una de las 100 mejores cintas de la filmografía de todos los tiempos, por elección de la crítica especializada internacional.
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