Arancibia, quien ocupó en 1997 la jefatura de una de las ramas más conservadoras de las Fuerzas Armadas, se declaró muy bien impresionado por la reciente visita del presidente Evo Morales y sorprendido por el fuerte apoyo que recibió en el Estadio Nacional.
«Uno tiene que ser sensible a reacciones que se van percibiendo en el entorno. Me impresionó muy bien la venida del Presidente de Bolivia a Chile (…) y ver esa suerte de expresión, aunque sean 10 mil personas, ese entusiasmo espontáneo de la gente me sorprendió», dijo.
El ex senador de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI) subrayó que dentro de la coyuntura internacional se está viviendo un momento muy particular con dos presidentes (Michelle Bachelet y Evo Morales) con un fuerte respaldo popular.
Resaltó que esa base política tan sólida, particularmente en Bolivia, favorecen las condiciones para iniciar un proceso en que se pueda avanzar en la solución de los intereses comunes de los dos países, divididos por el tema del mar.
«Sabiendo de antemano que para Bolivia el tema marítimo es algo central, una solución ingeniosa puede considerar cesión de espacios territoriales, y no estoy opuesto a eso, eso es lo que quiero plantear», aseveró el ex marino.
El almirante en retiro restó trascendencia a las posibles consecuencias estratégicas que tendría para la seguridad del país la entrega a Bolivia de una franja territorial con soberanía, con un puerto pesquero y militar.
«Creo que un corredor entregado a Bolivia con acceso soberano al mar, y con un puerto marítimo, pesquero y militar, no va a cambiar la relación de potenciales militares en la zona, y por lo tanto no creo que sea un factor determinante», puntualizó.
Explicó que tal posibilidad «va a cambiar nuestra frontera, la actividad que podemos desarrollar en el área, seguramente se va a poder potenciar en virtud del acuerdo, pero no va a generar un condicionante estratégico que vaya a alterar los equilibrios existentes».
Insistió que «si es sobre la base de una relación de entendimiento, de hermandad, va a potenciar nuestro rol militar internacional, más que debilitarlo».
Arancibia destacó todas dificultades que enfrentan actualmente las relaciones entre los dos países para avanzar en un proceso de intercambios comerciales y de colaboración que pudieran ser de beneficio mutuo.
«Cuando se abre cualquier proceso de proyección, por ejemplo energética, hay trancas; cuando se habla de integración hídrica, hay trancas; cuando se habla de la adquisición de territorios, propiedades, de agentes limítrofes en nuestro norte, hay trancas», apuntó.
Subrayó que «si estamos viendo un mundo moderno en que las fronteras se traspasan con mucha más facilidad, en que el carné de identidad es el único documento necesario, parece que es quedarse un poco en el pasado seguir viviendo con esas trancas».
Señaló que el más fuerte obstáculo ha sido puesto siempre por lo que denominó «la elite chilena tradicional y clásica», pero ese sector de la sociedad no pensaba en su momento que en un mundo globalizado, con el nivel de comunicaciones e integración que existe hoy.
«Estamos viviendo una dinámica de interacción que es nueva, y por lo tanto las elites, que son normalmente agrupaciones humanas bien preparadas, inteligentes, cultas, tienen que darse cuenta de esto, y se están dando cuenta», recalcó.
Las declaraciones del ex senador, proveniente de uno de los sectores más ultras de sociedad chilena, es el reflejo de un cambio importante en la percepción del tema, en medio de fuertes expectativas internas y externas por un arreglo negociado del conflicto.
Santiago de Chile, 27 de marzo 2006
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