Santiago Montenegro, sobreviviente de esa acción y quien resultó herido en la cabeza y un hombro, cifra sus esperanzas en que las nuevas generaciones reivindiquen el accionar político de aquellos integrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).
Las acciones de exterminio, ocurridas los días 15 y 16 de junio de 1987 en Santiago, marcaron para siempre el otoño de la dictadura de Augusto Pinochet, precisa, citado ayer por el diario La Nación.
También, para muchas personas como Claudia Correa, viuda de una de las víctimas, la impunidad existe aún en chile, pues -en su opinión- las condenas contra algunos de los asesinos son irrisorias.
La Corte Suprema, en tanto, dictaminará próximamente sobre casaciones penales a cuenta de abogados, los cuales, basados en pruebas testificales tratan de recalificar los delitos imputados para que sean considerados homicidios calificados y secuestros.
Según trascendió, el fallo judicial podría coincidir con la conmemoración de las dos décadas de la masacre, cuyo acto central se desarrollará el venidero día 14 en el capitalino Galpón Víctor Jara, en tanto otras actividades tendrán lugar en Viña del Mar.
Durante la Operación militar una veintena de militares, entre ellos el jefe de Operaciones, mayor Alvaro Corbalán Castilla, persiguieron y mataron a los miembros del FPMR, según documentos históricos.
Testimonios coinciden en que en la matanza Albania se conjugaron muchos de los elementos que caracterizaron a la dictadura de Pinochet: terror, violencia, tortura, ensañamiento y un manto de mentiras para evitar que se supiera la verdad de lo sucedido.
Santiago de Chile, 11 de junio 2007
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