Para lograr esto, es fundamental contar con un canal de comunicación dinámico, a través del cual exista mayor transferencia de información y conocimiento, menor dificultad para acceder al aprendizaje y disminución en los grados de incertidumbre.
Es así que, cuando se produce la articulación de redes, surgen ideas y actividades innovadoras, trasciende la tradicional relación compra venta, se agrega valor a la cadena, se multiplican las oportunidades y se generan otras nuevas. Se propicia desarrollo mas equilibrado y mejora la competitividad.
Algunos ejemplos notables de articulación de redes son:
a.- En el caso de la articulación productiva: Clusters, redes de empresas, consorcios de exportación, redes de clientes, distritos industriales, etc.
b.- En el caso de articulación de red de capital social: el que nos propone la responsabilidad social en la trilogía conformada por el Gobierno, las empresas y las organizaciones civiles.
Desde el punto de vista de la comunicación, al articular una red se está creando una base de confianza a partir de la cual se puede apostar al crecimiento, a la generación de certezas y convicciones, a la creación de identidad y de una imagen fuerte y segura.
Esta red dinámica resulta fundamental en la generación de cambios culturales, donde la participación ciudadana se hace necesaria.
Piense en algunos procesos vividos que conllevan estos elementos, como por ejemplo, la implementación del Transantiago o la Reforma Procesal Juvenil. ¿Cree usted que hubiese existido alguna diferencia en los diagnósticos preliminares a las respectivas implementaciones de ambos proyectos si se hubiesen activado redes ciudadanas que retroalimentaran el proceso de comunicación?
Probablemente, habría sido muy enriquecedor que estos verdaderos cambios culturales fuesen provistos de información por los municipios, las juntas de vecinos, los apoderados y profesores, entre otros.
Como se mencionó inicialmente, no sólo habría existido traspaso de información y de conocimientos. A tiempo de generar una base de confianza, se habría producido un intercambio de experiencias muy saludables para nuestra sociedad y para el fortalecimiento de la democracia que ostentamos.
En nuestro país, la generación de redes verticales, horizontales y territoriales requiere un núcleo articulador y políticas adecuadas de apoyo. El gran costo de este desafío será: información, coordinación, generación de confianza (al principio) y costos de aprendizaje.
Para facilitar la existencia de esta articulación de redes será indispensable la presencia de un líder, credibilidad en las instituciones y percepción de problemas comunes.
Se trata de un proceso lento y complejo que debe contemplar un plan de articulación, implementación y posterior evaluación.
En nuestro país, los esfuerzos desplegados sobre esta herramienta de comunicación dinámica no han sido suficientes, pese a que facilitaría notablemente: el quehacer de nuestras autoridades, la participación en la toma de decisiones de las instancias civiles organizadas y el fortalecimiento de la identidad de los chilenos.
Por María Teresa Cortés Directora General
Marketing Trade Comunicaciones. Instituto Jorge Ahumada
Santiago de Chile, 4 de noviembre 2007
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